Capítulo 24

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Había un problema.

Bueno, había dos problemas.

Está bien, había muchos problemas.

Y, no, no estoy infringiendo los derechos de autor usando esa frase. Sólo estoy siendo realista y uso mis poderes de parafraseo para eso. Y soy genial por eso, lo sé, lo sé.

Entonces, la causa de estos problemas gira entorno a una palabra clave.

Vampiros.

Acompañado desgraciadamente por la persona más intensa, inútil y busca pleitos del mundo.

Bella Swan.

No, no la detesto ni nada por el estilo, pero es que es insoportable y pareciera que sus neuronas conspirasen en su contra. Porque, en serio, ¿a quién diablos se le ocurriría lanzarse de un acantilado sólo por el hecho de que puedes ver alucinaciones de tu estúpido novio, que ya no es tu novio porque te botó en medio de un bosque, a la merced del frío y lo desconocido?

Sí, sólo a Bella Swan se le ocurriría eso.

Ahora estaba en un aprieto bastante grande, estando frente a frente con una vampiresa que no conocía en lo absoluto y por lo que recuerdo, quiso comerme de postre en su casa perdida en medio del bosque.

Y todo porque Jacob estaba preocupado por el bienestar de su amiga.

Porque, por fin, sólo la ve como eso. Una amiga. Bendita seas Antonella.

—Si estabas preocupada por Bella, creo que te tardaste en llegar —mencionó Amanda, quien amablemente me acompañó a comprobar que Bella no estuviese muerta, observando los ojos dorados de la chica de cabellos cortos—. Se lanzó del acantilado hace cinco días...

—Lo sé, llegué ayer y me sorprendió el olor de la zona —musitó Alice Cullen con un semblante serio y mirando sin parpadear a mi mejor amiga—. ¿Saben que hay una vampiresa...?

—Sí, lo sabemos —la cortó Mandy, sorprendiéndome por su tono de voz. Nunca la había visto tan formal al hablar—. Es parte de la manada ahora...

La vampiresa elevó las comisuras de sus labios, un poco burlona al escuchar hablar a mi mejor amiga.

— ¿Es su esclava o algo? —insinuó, frunciendo ligeramente su ceño de porcelana.

—Eh, no, no hacemos eso. Si crees que lo hacemos, es posible que ustedes sí lo hagan y lo veas como algo cotidiano —soltó mordazmente Mandy, dejándome sin aliento. Woah, en serio es súper genial.

Decidí intervenir. No era necesario que se creara una pelea sin sentido.

—Alice, no es para sonar grosera pero —Mandy soltó un bufido, sin apartar los ojos de la vampiresa—, si ya comprobaste que Bella está bien, ¿qué haces aún acá? —Mordí el interior de mi mejilla, pensando en mis palabras—. En primer lugar, ustedes la abandonaron a su suerte en medio del bosque, consciente de que cualquier cosa puede atacarla. Segundo, no se preocuparon por su salud mental, la cual empeoró y se vino en declive cuando se fueron como si huyeran. Tercero, ¿no es suficiente con que una vampiresa malvada quiera acabar con ella por culpa de su... irresponsabilidad?

Ella suspiró, aunque sabía que no lo necesitaba. Se apretó el puente de la nariz.

—No fue nuestra intención...

—Pero lo hicieron —afirmé, sin sonar demasiado dura. No quería que se sintiese mal aunque sí quería que asumiera su responsabilidad.

—Bella es mi mejor amiga, Bianca, yo no quise verla sufrir jamás.

Out of the WoodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora