Capítulo 15

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Me estiré en el sillón de la casa de Emily y Sam, soltando un bostezo y envolviéndome entre las cobijas, queriendo volver a dormirme. Los chicos estaban de guardia, supuestamente por el hecho de haber avistamientos de las "caras pálidas" en la zona de la Reserva, lo cual era inaceptable por el tema de los tratados.

—Oh, veo que despertaste por fin —Una Emily sonriente apareció en mi campo de visión, llevando consigo una bandeja de galletas de mantequilla—. Tengo algo que contarte.

— ¿Qué sucedió? —Me incorporé con lentitud, volviendo a bostezar.

Ella tomó asiento en la silla de enfrente, colocando el contenido de la bandeja en el interior de un bol que había en la mesa entre ambas.

—Embry Call tuvo su primera transformación hace unas horas —soltó, posando su mirada sobre mí—. Sam me acaba de avisar. El chico está muy confundido, pobrecito.

Los ojos se me salieron de las cuencas al procesar la información. Todo el sueño que tenía se me esfumó con extrema rapidez, sintiéndome con demasiada energía de repente.

— ¿Qué? —Me levanté de un salto del sillón acolchado, pidiéndole mayor información a Em.

—Tranquilízate, ya vienen con el chico —me regaló una sonrisa de confianza, pasándome dos galletas—. Come un poco antes que esos locos lleguen a comerse todo lo que ven, son unos neandertales cuando se trata de comida.

Le agradecí con una sonrisa mientras me ponía a caminar de un lado hacia el otro, mordiendo la galletita con mis dientes delanteros. De pronto, se escucharon las voces de los chicos, quienes reían y gritaban como unos posesos, haciéndome negar con la cabeza.

Los primeros en entrar a la casa fueron Jared y Sam, quienes conversaban en voz baja, riéndose de algo. Olfatearon el aire, percatándose del aroma de las galletas. Jared corrió hacia ellas, con una sonrisa de hambruna pintada en el rostro mientras que Sam pasaba a mi lado, me revolvía el cabello con una de sus manos e iba directamente hacia Emily, abrazándola con dulzura y besándola con extremo cariño.

—Hola, corazón —me giré velozmente, topándome con Paul, quien se me acercó y depositó un beso sobre mis labios—. ¿Dormiste bien?

Aún seguía sin acostumbrarme a la manera tan afectuosa con la que me trataba Paul, siempre sentía que en cualquier momento me desmayaría por sólo la forma en la que me miraba con tanta devoción y amor.

Oh, Dios, la imprimación fue lo mejor que me pudo pasar aparte de conocer a estas personas tan maravillosas.

Sin palabras, totalmente abrumada, sólo sonreí y asentí con la cabeza, ganándome una risa suave de su parte y un manso pellizco en una de mis mejillas.

—Eres adorable, nena —tomó mi mano entre las suyas, las acercó hasta sus labios y las besó con delicadeza, haciéndome sentir aún más avergonzada.

Paul, necesitas parar, que voy a morir, gracias.

— ¿Bi? —Sacándome de mi ensoñación y mi vergüenza por no saber qué hacer, la voz confundida de Embry resonó en mis oídos.

— ¡Embry! —Exclamé, alejándome de Paul, acercándome rápidamente a donde estaba uno de mis mejores amigos. Le abracé con fuerza, apretujándole entre mis flacuchos brazos. A nuestras cercanías se escuchó un suave gruñido.

Me giré sobre mis talones, buscando al responsable de aquel gruñido, encontrándome con que Paul agarraba con extrema fuerza la bandeja de las galletas y nos miraba con una enorme molestia.

Arqueé las cejas, confundida. Jared golpeó la cabeza de Paul con su mano, riéndose por lo bajo.

— ¿Q-Qué haces aquí? —El tartamudeo de Embry hizo que volviera a posar mis ojos sobre él.

Out of the WoodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora