—Que te desvistas no vayas a creer que el masaje es sobre la ropa—Contesto soltando una carcajada.
¿COMO IVA YO A SABERLO? Después de todo nunca he estado en un lugar de estos y nunca he estado desnuda delante de alguien más que vergüenza, mi cara debió ser un poema porque con voz tranquilizadora me dijo.
—Puedes tomar la toalla y salir en vuelta en ella cariño no te preocupes de todas formas solo será la parte de la espalda.
Eso hizo que me tranquilizara después de despojarme de toda mi ropa me acosté en la cama cubriéndome la parte trasera, sentí como Amelia ponía un poco aceite extendiéndolo por toda mi espalda y brazos sus manos eran suaves por lo que me relaje enseguida, luego de 5 minutos puso unas piedras a lo largo de mi espalda y con otras dos continuo con el masaje primero en la espalda, luego en los brazos y al final en mi cuello me sentía en el décimo cielo era como flotar o saltar en algodón, las dejo ahí por 5 minutos y luego las retiro.
— ¿Cómo te sientes?
—En el décimo cielo
—Eso es bueno, ¿seguimos con el masaje facial?
Asentí inmediatamente y ella sonrió, si así se sentia en la espalda no queria ni imaginar cómo se sentia en el rostro.
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Promesas de Amor
RomanceQuerido lector espero que ames esta historia tanto como yo lo hice al escribirla, no te diré que espero que lo termines por es claro que lo aras, desde el prólogo hasta el final, no diré tampoco que lo disfrutes por que la verdad no lo aras y con un...