Capítulo 5: Fuera de control

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Una infinidad de vidrios rotos y trozos de madera dispersos por el piso los rodeaba, habían tenido una batalla intensa con el enemigo y salieron victoriosos, pero a cambio el lugar donde se encontraban estaba hecho trizas. Los ninjas enemigos huyeron sin completar su objetivo, y a pesar de que hayan logrado escapar, la misión de Kakashi y Obito había sido un éxito. 

En cuanto las cosas se calmaron un poco Kakashi empezó a evaluar el daño sufrido, que no había sido mucho más que un cansancio excesivo por usar el Raikiri. Observó de reojo a Obito, que parecía estar bien también.

_ ¿Cómo se supone que van a pagar el daño causado?_ el dueño del lugar donde se encontraban era un conocido de Kakashi, de hecho ya había estado en ese lugar antes, era una especie de burdel no muy lujoso al que concurrían todo tipo de personas. Su dueño, Kakuzu, era un ninja que tenía fama de recibir a cualquiera que tuviera suficiente dinero como para pagar la cuenta, la verdad es que no le interesaba si atendía a ninjas renegados o asesinos seriales; mientras tuvieran lo que le interesa. Kakashi se giró hacia él cuando habló, parecía enojado, y era obvio, habían destruido gran parte de su "local comercial". 

_ La aldea se hará cargo de los daños materiales causados_ en realidad lo haría el que los contrató para la misión, pero quería intimidarlos, sabía que todos temían al cuarto hokage_ sin embargo, tal vez no les convenga tener los ojos del "Relámpago amarillo de Konoha" puestos en su "negocio"_ pronunció la última palabra con cierta burla, ya que la fachada que utilizaban era de un restaurante común y corriente.

Ante su pequeña charla se les acercó Obito y lo miró con curiosidad, Kakashi no le había contado que era en realidad ese lugar a donde fueron conducidos por casualidad por el enemigo, los ninjas que huyeron utilizaron a un par de las chicas que trabajaban ahí como rehenes con el fin de escapar. Para Obito no pasaba de un simple restaurante, y él no tenía la intensión de decirle la verdad.

_ Yo no apostaría por eso_ fue la vez de Hidan, el socio de Kakuzu, hablar. Se acercó a Kakashi y con la confianza que no tenían le pasó un brazo sobre el hombro acercándolo para hablar fuera del alcance de los otros dos_ después de todo, no queremos que tu amigo descubra que eras un cliente  de éste lugar, ¿verdad?.

El tono en el que habló le causó escalofríos a Kakashi, no quería que Obito supiera de su pasado, todavía no habían podido hablar correctamente (en gran mayoría debido a que lo estaba evitando). Lo peor que podía pasar era que Obito descubriera que le gustaban los hombres de esa manera tan patética.  

Kakashi le dirigió una mirada envenenadora a Hidan, a lo que el receptor de tal acción solo sonrió con astucia, sabiendo perfectamente que había ganado. En realidad, en el pasado Kakashi solo había recurrido a ese lugar una vez, atraído por la curiosidad e inexperiencia propia de la juventud; y también por cierto joven moreno que se parecía mucho a su mejor amigo. Si, el burdel tenía trabajadores de ambos sexos, y fue en esa ocasión que Minato lo descubrió, sin embargo nunca hizo ningún comentario hiriente al respecto y decidieron implícitamente que sería un secreto entre ambos.

_ ¿Por qué no les damos un trato especial a los vencedores? ¡Corre por cuenta de la casa!_ dijo Hidan animado, dirigiéndose a un grupo de chicas que se encontraban agrupadas observando los destrozos aún impactadas por lo ocurrido. 

_ ¿Qué pretendes, Hidan?_ Kakuzu no parecía feliz de que su compañero estuviera ofreciendo tal trato, y aún más de manera gratuita.

_ Solo es un agasajo_ le dirigió a su socio una mirada que terminó de convencerlo. Kakuzu negó con la cabeza y se dispuso a salir sin ganas de discutir más.

_ Solo encárgate de limpiar todo el desastre después_ y sin más se marchó, dejándolos a los tres en medio del salón deshecho.

Kakashi lo observó partir mientras buscaba una solución para el problema en el que se hallaba, pero antes que pudiera hacer algún movimiento un grupo de mujeres muy atractivas se cercaron a ellos, tres rodearon a Obito sonrientes y lo guiaron al salón contiguo que no había sufrido daños. Obito se sonrojó al verse en tal situación, le dirigió a Kakashi una mirada apenada y confundida, inseguro de si debía seguirlas. Kakashi solo asintió de mala gana. 

Pasos insegurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora