Capítulo especial Nº 1

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Desperté rodeado de una calidez poco común en mi vida diaria, y menos común en las misiones que realizo, como ésta. Aspiré un olor ridículamente delicioso y familiar, así que instintivamente me acerqué más, arrastrándome entre las cómodas sábanas. Cuando mi frente chocó contra algo sólido me detuve confundido, y entonces me di cuenta. ¡Estaba durmiendo en una cama... con Kakashi!

La comprensión de la situación en la que me encontraba hizo que mis latidos se dispararan, me congelé donde estaba; esperando que de alguna manera el hombre que me rodeaba en un fuerte abrazo no notara que estaba despierto. No quería hablar de lo sucedido, la vergüenza de lo que hice me carcomía (porque sí, lo recordaba todo), en fin, solo quería desaparecer y no volver más.

Obito... ¿en qué te metiste ésta vez? 

Fingí seguir dormido, acompasando mi respiración y luego, con un disimulado movimiento de torpeza me volteé hacia el otro lado. Observé la pared del frente, una escasa luz entraba por la única ventana de la habitación; se notaba que aún era de noche. 

_ ¿No puedes dormir?_ me preguntó, su voz ronca sonando muy cerca de mis oídos, casi me encogí por la sensación, pero evité el impulso por el bien de mi salud mental. No estaba en condiciones de hablar con él, no cuando aún sentía sus manos recorriendo mi cuerpo, cuando aún sentía sus labios sobre los míos, y su boca... 

¡Contrólate, maldita sea! Ya no estás bajo la influencia de ningún licor como excusa para que vuelvas a excitarte con solo escuchar su voz.

Por un momento creí que se había dado cuenta de que estaba despierto, pero él solo colocó su brazo sobre mi cintura, atrayéndome hacia él, hacia su reconfortante calor.

_ Yo tampoco puedo dormir_ seguía hablando, pero tal vez más para él que para mí. O eso quería pensar. De repente se inclinó aún más, pegándose totalmente a mi espalda y depositó un tierno beso sobre mi cuello; al sentir ese afectuoso gesto casi grito de la impresión, no lo esperaba para nada, sin mencionar que tengo esa zona muy sensible. Dejó su cabeza apoyada ahí, cerca de mi cuello, su cabello suave me hacía cosquillas. Sería un horror si comenzaba a reír de la nada, así que me concentré en el calor que emanaba y acurrucándome me volví a dormir. Ya tendríamos tiempo de hablar.

                     ***                                 ****                         ****

Me desperté, nuevamente, en la misma cama. Pero esta vez no había nadie más, miré hacia la ventana y había sol.

Kakashi debía estar en el baño, aunque no había ruido de ducha, así que salí del nido que había hecho con las sábanas y caminé hasta ahí para verificar que no estuviera. Efectivamente no había nadie, pero el piso húmedo indicaba que había salido hacía pocas horas, suspiré aliviado y me acerqué al espejo. Me veía horrible, tenía ojeras y el cabello hecho un lío. Me aseé con el cepillo de dientes que había ahí, obviamente era de Kakashi, pero no había otro (era su habitación) después de todo compartimos cosas peores que eso ¿Verdad? Saliva por ejemplo...Antes de que mi mente se desvíe por caminos peligrosos me concentré en mi tarea de cepillarme los dientes y ducharme. 

Hasta el momento en el que estuve parado delante de la ducha no me había percatado de que estaba sin remera, bueno por lo menos traía puesto el pantalón.

¡Claro, como si no te hubiera visto desnudo anoche!

Y mi mente traicionera volvía a reproducir imágenes que no pretendía recordar, por lo menos no ahora. Así que rápidamente terminé de desnudarme y meterme bajo la ducha.

_ ¡Maldición, está fría!_ grité sin querer, y esperaba que nadie lo haya escuchado. Quedé ahí un buen rato, tal vez más de lo necesario, pero estaba descubriendo las ventajas de una ducha fría a la mañana cuando se tienen pensamientos sucios. Muy sucios respecto a tu mejor amigo.

Pasos insegurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora