♡ ⸝⸝ :: capítulo cinco.

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Pasaron días de lo sucedido, aún estabas en un shock emocional. Aunque no llevabas tiempo conociendo a Pico, sentías feo. Lo viste triste e incluso intentaste animarlo pero nada de eso funcionó para hacerlo sentir bien. ¿Habrá tenido depresión o algo por el estilo?

La carta sólo decía un "Lo siento, no lo volveré a hacer jamás." Pero estabas tan confundida, ni siquiera podías llorar. Ni hablar de la pobre Cassandra; estaba más sola que nunca.

Estabas sentada en tu pupitre, todos estaban en silencio. No era lo mismo sin Pico, o al menos para tí. Le habías tomado cariño, te sentías mal.

Soltaste un largo suspiro mientras te ponías a pensar el porqué de decidir acabar con su vida. ¿Habrá tenido problemas en casa? Dejaste de pensar en un momento, decidiste ya no pensar en él; te sentías cada vez peor.

Comenzaste a dibujar en tu cuaderno, después te pusiste a escribir cosas aleatorias... palabras que venían a tu cabeza. No lograbas entretenerte con nada, aún estabas en shock. Cherry no había ido a la escuela, ni hablar de Keith; él y Pico eran mejores amigos. Estabas sola en esa escuela, ya no tenías con quién juntarte.

Seguías sin lograr entender nada, no podías ni siquiera pensar. Estabas en medio de un huracán de emociones y lo odiabas. Te odiabas a tí misma por eso, pero te ponías a pensar que Pico estaba en un lugar mejor y eso te ponía un poco más feliz.

//

Llegó el receso y saliste, no comiste nada porque no se te antojaba. No encontrabas motivos para hacerlo. Sólo estabas sentada en una de las mesas donde solías estar con Pico. Tu intento de dejarlo ir era en vano.

— Hola _____. — La voz de Nene se hizo presente, se sentó a tu lado; su rostro demostraba algo de pena a pesar de tener una sonrisa de oreja a oreja dibujada en su rostro. — Te vi muy sola, ¿puedo... sentarme a comer contigo?

Sólo te precipitaste a asentir, siendo sincera contigo misma no te importaba. Nene comenzó a comer, pero cada vez lo hacía más lento. Te vio de reojo.

— ¿Tú no comerás?

— No tengo hambre. — Farfullaste. — Pero está bien, sigue comiendo. Yo te acompaño.

No tenías ni idea de lo que decías, lo hacías sólo porque era lo que se te venía a la mente.

— ...Toma. — Nene te ofreció la mitad de una bolita de arroz, una sonrisa se creó en su rostro.

— Gracias... — Murmuraste, soltaste un suspiro y lo tomaste, seguido le diste una pequeña mordida; estaba muy bueno. Te preguntabas si era ella quien lo cocinó. — Está muy rico.

— Sí, ¿verdad? oh, cierto. Casi se me olvidaba. Me pidieron que te diera esto. — La pelinegra buscó en su bolsillo, sacó una carta mediana... era exactamente igual a la primera que recibiste. Tenía papel rosado y calcomanías de arco iris. — Ya me iré, te dejo a solas para que la leas.

Nene se levantó de la silla y tomó todo lo suyo, te despediste de ella para que finalmente se fuera.

No tenías ganas de leer la carta, pero a la vez la curiosidad te consumía. La abriste lentamente y comenzaste a leer.

"Te he visto muy triste últimamente por lo de Pico... no te preocupes, ¡tú y yo sabemos que él está en un lugar mejor! Deja de pensar en él, en su lugar, piensa en mí. ¿No te parece bien? ya no pienses en alguien que ya no está para tí, porque yo siempre lo estaré para tí.."

— ¿Quién mierda ha escrito esto? — Murmuraste, estabas indignada. Arrugaste el pedazo de papel y lo tiraste a la basura, estabas furiosa. ¿Por qué la persona que ha escrito eso se lo toma como a juego? es simplemente estúpido.

Saliste de la cafetería y fuiste hacia la parte trasera. Te sentaste en una de las bancas; en ese lugar estaba algo oscuro.

Un gatito estaba dormido al lado tuyo, sonreíste un poco. Lo tomaste con delicadeza y lo acostaste sobre tus piernas. Comenzaste a acariciarlo con dulzura. Querías una mascota ahora pero bien sabías que a tus padres no les gustaban.

El gatito comenzó a maullar, pero también mantenías cierta distancia; aunque parecía estar limpio. Sonreías mientras lo acariciabas, era muy tierno. No era un gato grande, era uno pequeño. ¿Tendrá dueño? supusiste que sí, pues no parecía estar sucio.

El timbre sonó, dejaste al gatito en su lugar y fuiste hacia tu salón. Ya estabas un poco más alegre.

Como era costumbre te sentaste en tu pupitre, sacaste una vez más el cuaderno y te pusiste a escribir cosas aleatorias. Un poco de tiempo después te aburriste y miraste por fuera de la ventana, recargaste tu cabeza en tu mano.

Estabas algo aburrida, los sentimientos de tristeza y pena habían desaparecido un poco. Soltaste un suspiro e intentaste prestarle atención a la clase.

//

Las clases de la mañana habían dado su final, el receso de la tarde había comenzado. Fuiste a la cafetería a comprar aunque sea un poco de comer, no tenías tanta hambre. Te compraste una sopa instantánea junto a una lata de refresco.

Miraste la mesa en donde te sentabas con Pico. Decidiste irte afuera... querías olvidar, no lastimarte más. Te sentaste debajo de un árbol, donde los rayos del sol se reflejaban tenuemente por las ramas. El ambiente era muy cándido y cómodo, empezaste a comer con tranquilidad y algo de paz.

Una sensación de nostalgia recorría extrañamente por todo tu cuerpo. Te sentiste un poco mareada pero de igual manera seguiste comiendo, tomaste un poco de tu refresco.

Acabaste y te levantaste a tirar la basura. Fuiste una vez más a la cafetería a comprar una pequeña barra de chocolate. Saliste hacia atrás, ahí seguía el gatito pero esta vez no lo tomaste, sólo te sentaste a su lado.

¿Qué estarán haciendo Cherry y Keith? tu cabeza estaba vacía y no sabías en qué pensar. Pico... otra vez pensando en él, todo esto había pasado apenas entraste a la escuela. Aún resuena en tu mente el grito y lágrimas de Cherry.

...

Las clases acabaron, todos iban en dirección a sus casas como ya era costumbre. Estabas algo cansada y con sueño, el profesor había dejado mucha tarea y además no comiste tan bien. Caminabas mientras te tambaleabas un poco, no estabas tan acostumbrada a caminar sola hacia tu casa; también te daba un poco de miedo.

Soltaste un suspiro, tomaste tu mochila por el frente con ambas manos. La cabeza te dolía y tenías la mirada levemente borrosa, ¿te habrás enfermado? No le diste demasiada importancia y caminaste un poco más apresurada para llegar a casa.

Unos escalofríos recorrieron todo tu cuerpo, un miedo extraño te dominó por unos instantes. Miraste detrás de tí pero no había nadie, tal vez sólo era tu imaginación.

Respirabas profundo para calmarte un poco y lo lograste. Ya estabas un poco más tranquila. Levantaste la mirada y te diste cuenta de que ya estabas a unos pocos pasos de tu casa. Te apresuraste.

Llegaste, te diste cuenta de que debajo de la puerta estaba el gato que viste hace poco. Reprimiste el vómito pues estaba mutilado. Las lágrimas salieron de tus ojos ¿quién podría haber hecho esto a un inocente animal? te percataste de que había una nota que se podía leer a lo lejos, pues las letras estaban en rojo fuerte.

"¿Por qué has tirado la carta que te hice con tanto amor? vi que trataste a ese gato mejor que a mí, lo siento, ¡si no tengo tu atención nadie más la tendrá!"

oh ana ⚰️ senpai x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora