CAPÍTULO 4

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Horas después

Jeongin: No necesitaba tu ayuda

Habló luego de que el contrario haya hablado con Zeus, el gran dios del Olimpo y hubiesen podido salir de aquella clase, más cuando el mayor volteó a verlo, su mirada tuvo que desviarse hacia otro tumulto de personas. No porque le incomodaba, sino que al estar siempre solo y ahuyentando gente cuando se volvía literalmente "agresivo", no estaba tan apegado a la idea de ser defendido por alguien y menos que su primo.

Minho: Pues parecía que lo necesitabas. Además, no creo que tu madre le guste que te metas en problemas

Murmuró de espaldas. El menor rió a carcajadas aún detrás . ¿Acaso había escuchado claro? ¿El hijo de Hades hablando de no meterse en problemas? Si, claro. Como si a su padre o a su madre le asustara el pasar todo menos que desapercibido.

Jeongin: ¿eso crees? -preguntó con una actitud prepotente antes de acercarse al mayor al lado, antes de dar un paso delante suyo, mirándolo a los ojos- ¿Sabes a qué se basa mi poder, hijo de Hades?

Sonrió.

Minho: Lo sé desde que tengo memoria hijo de Afrodita

Sentenció firme, aunque por dentro estaba feliz de no doblegar ante la persona que le ocasionaba fuegos azules en su estómago.

Jeongin: Entonces, ¿No te das cuenta que no puedo soportar la idea de que me cuiden? ¡Es injusto! -bufó aniñadamente- Yo también tengo derecho a la libertad -suspiró- mi madre fue puesta ante todos como una infiel, mi padre es un psicópata que mata gente por placer. ¿No es acaso difícil convivir con las personas que conocen tu historia? Necesito algo de acción Minho, no que todo el mundo me recuerde que poseo tal belleza que caen ante mi como papeles. Quiero algo que le diga que estoy vivo, no por ser un semidios

Minho: ¿Recuerdas que soy el hijo del dios del Inframundo? —rió pasando una mano por la cabeza de éste. Su primo era muy tierno y a la vez siempre lograba que sus poderes se saliesen de control. Pero parecía tan concentrado en sus problemas, que no se daba cuenta que la persona que lo amaba y podía hacer miles de cosas si lo pudiese estaba frente a él— no creo que tu vida sea peor que eso

Jeongin: Oh

Minho: ¿Oh?

Jeongin: ¿Quieres apostar?

Sonrió, logrando que las olas pudieran moverse despacio gracias a la presencia de otro Dios cerca de ellos.

— Que oportunidad de conocer a mis pequeños sobrinos

Más la voz del mayor y padre de Hyunjin, estaba presente entre ellos, interrumpiendo su grata conversación. El gran poseidón estaba ahí.

— Espero no haber interrumpido

Pero la sonrisa del menor estaba presente aún ante esa interrupción, logrando que el mayor de ambos chicos se preguntara lo que estuviera planeando.

Jeongin: Claro que no -volteó sonriente, de puntitas, antes de que el casco de invisibilidad apareciera en sus manos, y la cara del mayor sea un delirio- llegó justo a tiempo

Minho: Tú, ¿Cuando? —suspiró agotado. Además de ser guapo, el menor era escurridizo. Y no sabía si eso era bueno o malo. Por lo que evitó no pensar, más sólo en su mente estaba la idea de que la mirada del menor resplandecía tanto como el tonto de los Dioses que osó alguna vez en ser un chismoso ante la relación de Afrodita.

Realmente es encantador

[...]

Por otro lado, y viendo cómo se acercaban los menores al dioses de los mares, tres cabecitas se mantenían escondidas detrás de un arbusto, mientras uno de ellos evitaba que la marea subiera por estar tan cerca de su amor imposible.

- Felix, pégate más a Hyunjin

Ordenó el pequeño Seungmin, el hijo de Hermes, al mayor entre ellos, tratando de tener una mejor vista ante su famosa y creada shipp entre dioses. El Minjeong. En ese momento la única reacción por parte del mayor, de Hyunjin, el príncipe de los mares, fue de explotar por dentro, mientras sus mejillas se formaban rojas y el chico a su lado ni le prestaba atención, ya que toda ella iba en unas solas personas, y eran esos dos que estaban en frente suyo, casi a punto de pelear. Una pelea sugerida por el menor y reforzada por el padre de quién ahora chocaba con su brazo en un acto de acurrucarse a éste.

Seungmin: ¿Miran eso?

Felix: ¿Crees que no lo veo? -habló el de pecas mientras sonreía con el perfil en alto- lo que yo veo es una leve sanción para mí tío y para nuestros primos

Seungmin: ¡No eso Felix! -suspiró al escuchar a éste. A veces la idea del mayor eran realmente aburridas, por lo que necesitaba algo con que animarlo. Pero quién podía hacer eso cuando era el hijo de Atenea, la diosa que nunca se deja manipular por alguien y termina siendo tan severa como su padre- mira mejor. Mira bien. Mira como Jeongin sujeta ese casco tan bien y Minho trata de agarrarlo. ¿No ves algo diferente ahí?

Felix: ¿A qué te refieres? ¡Están peleado! ¿Qué más van a hacer si solo están faltando a la primera regla de mi madre? Nada de peleas, y menos en el mundo humano. ¿Entienden?

Hyunjin: Él tiene-

Más Seungmin volvió a callarlo. ¿Porqué nadie lo entendía? ¿No podían ver las manos de los chicos rozando y las miradas tan fijas en el otro diciendo en otro significado que necesitaban que sus labios se encuentren? Pues al parecer no, y eso frustraba al menor.

Por lo que pensó en una idea de mostrar al menor a lo que se refería mientras llamaba con un silbido sus pequeñas alas, las cuales en un santiamén se colocaron en sus sandalias antes de elevaron.

Y entonces se dispuso a ver a su radiante amigo, el hijo Dios del Sol, para que así lo ayudaste a mostrar a sus tontos amigos lo que realmente se perdían.

Seungmin: ¡No se muevan de aquí!

Exclamó ya en lo alto, los otros solo asintieron en un segundo, para esperarlo en la tierra, cruzados de brazos, en un minuto que se volvió eterno antes de que ambos se mirasen en silencio y de que el mayor pudiera sentir nuevamente aquellos pecesitos que no le dejaban en paz. Y entonces, solo entonces una voz los distrajo un momento, para poder prestarle atención.

- Hey, ustedes

Pronunció, causando que ambos eleven sus miradas. Viendo en persona a aquel semidios.

- ¿Han visto a Jeongin?

Preguntó, y entonces ambos no evitaron mirarse entre sí, antes de señalar dónde ahora se encontraban ambos chicos, mientras terminaban peligrosamente juntos, cuando el casco voló tan lejos, que el mayor tuvo que sostener al menor antes de que se caiga.

OLIMPO CAÓTICO [Minjeong] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora