Segunda Temporada - Cap 2

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- ¡Jeongin! ¡Por fin te encuentro!

Mencionó Felix cuando llegó cerca del Inframundo, encontrando a un chico al lado de la entrada que parecía llamar al heredero a mares. Los gritos, la desesperación, se podía sentir una gran carga saliendo de ahí.

Pero Jeongin no parecía alejarse.

Y eso le pareció raro al hijo de Atenea, la diosa de la sabiduría, quien a pesar de no importarle que pase con todos, tenía que aguardar el bienestar del Olimpo. Pero, ¿por qué él? Sólo quería un respiro, sin embargo, sus primos eran un desastre andante. Entonces supo que era por esto, que pensó que el amor era un asco.

Además, son primos, ¿qué les sucede?

Felix: Hey, sé que no hemos hablado mucho tú y yo, y tal vez te sientas dolido, confundido, pero-

Jeongin: Shhh.

Sin embargo, ¡¿Por qué pensó en ayudar a estos idiotas!? Estaba claro que su sabiduría era mucho más importante y especial, que para gastar su energía en estos chicos. Unos chicos malagradecidos que no saben dar gracias a que pierda su tiempo en cosas que ya están escritas.

No obstante, ¿qué sucedía?

Se preguntó, puesto que el menor había puesto un dedo en su boca. ¿Pasaba algo? ¿Qué sucedía? Entonces pensó, y de pronto cuando lo hizo, la tierra se movió. Había un terremoto, y esto le pasaba por no haber traído a su madre para hacer el trabajo.

Já...

Ahora iba a morir.

Felix: ¿Qué es lo qué-

Jeongin: Shhhh.

O eso creyó antes de que la tierra se detuviera con ellos arriba, sintiendo sus latidos acelerarse y el cielo nublarse. Algo malo estaba por pasar, no era normal que el mundo esté tan tranquilo y que las olas del mar suenen tan relajadas.

Algo había. Algo como...

Felix: ¡Jeongin, cuidado!

Entonces exclamó, observando cómo la tierra se abría de golpe, mientras cuatro caballos negros salían de abajo de la tierra, siendo guiados por un perro de tres cabezas. Por suerte, Felix había tomado de la cintura a su primo y lo había salvado antes de que la tierra se lo trague al abrirse.

Sin embargo, cuando miró arriba cuando todo el polvo dejó de correr, fue a la oscuridad encarnada en la persona menos indicada en el Olimpo, pues en ese segundo y con el casco de invisibilidad, Minho se parecía tanto a su padre, aunque mientras más se corrompía, su imagen más se deformaba.

- Entrégamelo

Entonces dijo. El mayor de los menores negó, sosteniendo más fuerte a Jeongin, mientras el hijo de Hades gruñía y la tierra rebosaba de terror. Sus piernas se entumecieron, no sabía si era por el poder que emanaba Minho, o porque le gustaba.

Já... mal chiste.

Nunca en su vida eterna le gustaría ese dios del infierno, mejor estaba su primo para él. ¿Lo podría dar como sacrificio e irse a tomar algo se solecito?

Eso sonaba mejor idea que esto.

Felix: ¡Aish, oye!

Más la idea salió de su cabeza cuando comenzaron a caer rayos y tuvo que alejarse con el menor en brazos. Era una maldita broma, ¡todo era una maldita broma!, ¿dónde estaba Atenea cuando la necesitaba?

O sus amigos. Pero no, esos se corrieron ni bien sintió en su pequeño oráculo, que su primo estaba corriendo hacia el Inframundo.

OLIMPO CAÓTICO [Minjeong] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora