La historia de mi naranja completa

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Lo mire de reojo una vez más, su entrecejo estaba rígido y su mirada perdida un determinado objeto mientras se llevaba 4 banderillas de pasteles de pescado a la boca, efectivamente estaba molesto.

- Hyung – lo llame sacándole de sus pensamientos - ¿Te sucede algo? ¿Estas molesto conmigo? – nos vimos a los ojos por unos segundos, para enseguida darme una sonrisa débil.

- ¿Por qué estaría molesto contigo? – pregunto con la boca llena aun de comida, llevándose otra banderilla de pastel.

Comía de esa forma solo cuando algo le aturdía.

- No sé – le robe en sus narices su última banderilla si seguía comiendo de esa forma, le daría indigestión – Quizás porque ... - trague algo nervioso recordando el momento de hace un rato – Descubrí tu broma antes de tiempo - el paro de inmediato de comer.

No iba a mentir cuando había pronunciado esa pequeña frase que solo había escuchado en mis sueños, mi corazón había saltado de la emoción, mientras en mi estomagó era invadido por las famosas mariposas de ilusión.

Porque, aunque Yesung Hyung creía que no era alguien de considerarse popular entre los chicos y chicas, la verdad era que mientras pertenecía y después de graduarse del instituto, cada que lo pisaba sacaba algunos suspiros no solo de cursos menores sino también de los que alguna vez fueron sus compañeros en el grupo de arte.

Todos venían a mí con la esperanza de que intercediera por ellos para lograr al menos, salir una vez con él y quien sabe conquistar ese corazón, capaz de pronunciar aquellas palabras que yo había tenido el gusto de oír, así sea en son de broma.

"¡Estoy enamorado de ti!"

Queriendo una parte de mí que sean reales, aunque sabía que con mi físico eso era casi imposible.

- Claro que no – dejo los palillos en el vaso de plástico para tomar una servilleta y limpiar las comisuras de mis labios, mientras lo hacía miro atentamente mi boca, tomando una bocanada de aire, mordiendo sus labios enseguida, para luego desechar la servilleta – Solo estoy algo cansado – despeino mis cabellos castaños – La universidad no es el paraíso que nos pintaron – sonreí – Vamos – ofreció su mano – Si llega la señora Kim antes de que tu llegues, esta vez sí me demandara – reí fuertemente ganándome por fin una sonrisa real de su parte.

Solté su mano, para abrazar cómodamente su brazo mientras descansaba parte de mi cabeza en aquella parte de su anatomía; él era mi lugar seguro, mi zona de confort desde él cansado divorcio de mis padres.

Había sido testigo de cómo el amor que se profanaban todas las mañanas en el desayuno había acabado de un momento a otro, dejándome un vacío que nunca iba ser llenado, ellos me amaban, sí, pero yo amaba verlos juntos.

Así que mientras íbamos caminando Yesung y yo en nuestro silencio acogedor, al ver de reojo como la "carta" que me había ofrecido para que leyera en el Karaoke se asomaba desde el bolsillo de su chamarra, había decidido delicadamente volverla a guardar.

Si en verdad hyung sentía algo por mí, yo no estaba dispuesto a sacrificar lo más valioso que tenía en ese momento; mi amistad con él.

El "amor" no me quitaría a mi mejor amigo, como me quito la unión de mis padres, y para esto tenía que matar o peor aún, soportar las mariposas que el pelinegro creaba en mí.

¿Qué le sucede a Yesung Hyung?  (YEWOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora