4 - Trampas

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La mayor parte de la tarde, Sven se dedicó a quitar los escombros que quedaban en la sala contigua.
La sala era tres veces más grande que su actual refugio, además parecía que se había usado como una gran bodega, pero la mayoría de las cosas que aún quedaban estaban dañadas por lo que parece ser el tiempo.
Sin perder la esperanza, lo primero que hizo Sven fue revisar las fechas de los productos. Selecciono los que parecían estar en mejor condición, entre ellos habían algunas conservas y útiles médicos.
Después de revisar las etiquetas de la mayoría, Sven solo pudo suspirar, era peor de lo que el pensaba, todas y cada una de las letras estaban ilegibles y habían desaparecido.
-Primero necesito líquidos, luego veré lo otro-
Tomando una de las latas de conserva abrió su tapa para ver el interior, para su sorpresa el contenido era indescriptible para el gusto humano.
Negando con la cabeza selecciono diez latas más, pero todas ellas parecían vencidas.
Enojado, agrupo todas ellas en una esquina. Sven no quiso deshacerse de ellas, tenía otro uso para esas latas que implementaría más tarde.
Entre los implementos médicos, las gasas, guantes y ropa de distintos tamaños eran útiles.
Sven se sentía incómodo usando solo sábanas para cubrir su cuerpo, la mayor parte del tiempo tenía una vestimenta como en la Roma antigua.
La nueva sala, no tenía otras entradas, por eso Sven se dedicó a recorrer cada rincón del lugar para ver todo lo útil que pudiera usar.
Después de cuatro horas, solo pudo despejar menos de la mitad de la sala.
El lugar estaba completamente cubierto de polvo y humedad, provocando que más de la mitad de las cosas que encontró no sirvieran para nada.
Entre las cosas que encontró, habían piezas de computadoras y pantallas que eran muy diferentes a las que Sven recordaba.
-Esto parece ser de una calidad mucho mejor que las de la universidad, lastima esten completamente inservibles -
Considerando que las conservas estaban en mal estado y el nivel de tecnología superior a la que Sven recordaba, él estaba claro que habían pasado muchos años desde que perdió la consciencia, pero debido a que no quería aceptar la posible muerte de sus abuelos decidió no pensar en ello hasta que encuentre a otra persona.
Tomando dos cajas metálicas, Sven transportó una parte de las latas de conserva al exterior del refugio.
-Solo espero que funcione-
Con la cuchilla improvisada, Sven cortó las plantas dejando un camino para escapar en caso de que se viera rodeado.
Seleccionando algunos tallos resistentes, usando la cuchilla Sven afilo las puntas de ellas creando un conjunto de lanzas.
-Con esto ya tengo la mitad del trabajo, solo queda hacer un agujero y enterrar las lanzas-
Alejándose de la entrada del refugio, la idea de Sven era hacer dos pozos para cazar animales pequeños o protegerse de algún depredador que se acerque demasiado.
El tiempo para hacer los agujeros le tomó más de lo que había estimado.
Al caer la noche, terminó de enterrar la mitad de las lanzas en un agujero de dos metros de profundidad.
Cubriendo la trampa, abrió unas pocas latas de conserva y las vacío sobre un grupo de hojas que había preparado.
Durante todo el día, en el bosque las criaturas escondidas entre los árboles acechaban a Sven, pero ninguna lo atacó por el momento, solo sentían curiosidad.
En la noche, solo las llamas de la hoguera iluminaban la sala, Sven necesitaba conseguir grasa para hacer algunas antorchas para seguir despejando la sala contigua, la que ahora era su nuevo refugio.
En otro lugar del bosque, los dos lobos estaban pasando por una transformacion, la energía que habían absorbido de la carne estaba modificando la mayor parte de sus cuerpos dándoles un dolor tan grande que perdieron la conciencia.
Otras bestias estaban pasando por la misma transformacion, pero al no tomar las medidas adecuadas fueron rodeadas por otros animales que los observaban con miradas viciosas.
De la docena inicial de sobrevivientes, solo cuatro pudieron terminar su transformacion, los demás fueron devorados por sus compañeros, pero la energía en sus cuerpos no fue suficiente para que los atacantes evolucionarán.
Al llegar la mañana, dos lobos de más de cuatro metros de largo empezaban a cazar en el bosque.
Con la transformación ambos obtuvieron una armadura osea que protegía parte de su cuerpo, además de aumentar su tamaño.
Pero el cambio más notorio fue el color de su pelaje, este era más grueso que antes.
El lobo de color azul eléctrico liberaba pequeños rayos en sus fauces cada vez que respiraba, el otro lobo era de color negro con un aura de miasma a su alrededor.
Ambos habían mejorado su fuerza física y en solo unos momentos recorrieron un kilómetro de distancia rodeando a su presa.
Si Sven estuviera viendo como los lobos destrozaban a un lagarto de más de cinco metros de largo, lo pensaría mejor antes de intentar atrapar a ese tipo de bestias.
Después de desayunar los últimos restos del jabalí, Sven tomó la cuchilla y unas sogas que encontró la noche anterior caminando hacia la trampa que hizo.
La mayoría de las cosas que utilizo hasta ahora se la habían enseñado sus abuelos, por eso estaba convencido de que tenía que salir con vida de ese bosque.
Al caminar cerca de la trampa, Sven detuvo sus pasos y se acercó evitando hacer ruido.
En el poso, un roedor morado estaba atravesado por las lanzas, pero aún se mantenía con vida.
Con un brillo en los ojos, Sven tomo una lanza y atravesó la garganta del roedor provocando que moriera de asfixia.
-Esto tendrá que aguantar por ahora-
Quitando el cuerpo del poso, Sven limpio los rastros de sangre y volvió a tapar la trampa, pero esta vez sin dejar conservas sobre ella, no quería atraer la atención de más animales y aún faltaba hacer la otra trampa.
Al regresar al refugio, Sven arrojó el cuerpo sobre una mesa y empezó a faenarlo.
El cuerpo pesaba más de ochenta kilos, y lo que más buscaba Sven era grasa, no le gustaba tener que detenerse en la noche por falta de luz.
Luego de una hora de trabajar al rodedor obtuvo más de veinte kilos de grasa.
-Si solo tuviera sal, podría cazar y mantener más carne-
Suspirando, Sven solo pudo tomar las herramientas y se dirigió al exterior para terminar la segunda trampa.
Al llegar al poso, pudo ver que habían rastros de huellas que rodeaban el lugar.
Levantando su cuchillo, Sven bordeo el lugar buscando posibles depredadores entre los árboles. Solo después de veinte minutos de espera él bajo el cuchillo y se dispuso a hacer la segunda trampa, sin embargo se mantuvo atento a cualquier cambio entre la hojas.
Al norte del bosque se podía ver una gran cordillera de montañas que bloqueaban la visión hacia el otro lado. En ellas vivían la mayor parte de los depredadores más fuertes del bosque sin contar la presencia del dragón joven.
Al sur del bosque, habian estructuras arcaicas que formaban pequeños poblados. La distancia de ese poblado con el refugio de Sven era de más de treinta kilómetros y si tenía suerte, el podría encontrarlos en poco tiempo.
Después de terminar la segunda trampa, tomando las lata de conserva Sven dejo lista la trampa y se dirigió al refugio.
Aún quedaban algunas horas antes de que cayera la noche, así que aprovechando el tiempo, Sven uso la grasa y con algunas prendas creo un par de antorchas.
Con las antorchas terminadas, él se dirigió al lugar que faltaba por despejar y empezó a trabajar.
Cada vez que salía a explorar, Sven recogía frutos para saciar su sed, pero al fin dejaría de preocuparse de eso.
Entre las cosas que encontró, había un reciclador de aire que generaba un vaso de agua en media hora.
Aunque la cantidad que generaba no podía satisfacer a una familia, era lo suficiente para que el pudiera vivir por el momento.
Con más ganas, Sven continuó despejando el lugar esperando que mejores cosas quedaran entre ellas, pero al final se decepcionó al ver que el último de los escombros había sido limpiado.
Sintiendo el cansancio en su cuerpo, Sven decidió dormir y continuar al otro día.
En medio de la noche dos criaturas se acercaron a las trampas de Sven, sin hacer movimientos bruscos ambas bestias se mantuvieron a una distancia segura y extendieron sus extremidades tomando el cebo para luego irse del lugar.
Estas criaturas eran una especie de simio muy curioso, ellos se mantuvieron observando durante todo el día a Sven mientras hacía las trampas.
En la mañana, cientos de gritos extraños resonaron en el bosque.
Preocupado, Sven subió a la parte más alta del refugio y miró en dirección de los gritos.
En la distancia se podía observar una turba de animales corriendo en la misma dirección con una mirada desbocada destruyendo todo a su paso.
Sven estaba claro que si ese grupo de animales corría en su dirección solo podía dejar todo atrás y encontrar un nuevo refugio.

Guerras bajo la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora