14 - El pasado de un imperio I

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Tendido sobre una cama, el cuerpo de Crow estaba semidesnudo solo cubierto por una manta.
En la habitación, algunas medicinas mezcladas en fuentes llenaban con un aroma relajante cada rincón.

— Porque debo ser yo quien lo cuide, ¿que es lo que espera Eleine dejándome con él?—

Cruzando sus brazos, Aisha miraba la sonrisa tranquila en el rostro de Crow lo que la hacía sentir más molesta.

— Tal vez si algo te pasara a Eleine no le importaría, ¿verdad?—

Acercándose lentamente, Aisha saco una pequeña daga de su cintura y la apunto al cuello de Crow, pero cuando sintió que era capaz de arrebatar su vida se detuvo guardando la daga y parándose al costado de la cama observando a Crow.

— Cuantas veces ya has intentado quitarle la vida, cinco veces, tal vez diez?—

Sorprendida, Aisha se giro para mirar a su amiga sentada en la ventana de la habitación.

— Sabes que no me gusta ser una niñera, porque me mantienes a su lado si después de dos días aún no se despierta—

Eleine solo miraba sonriente a su amiga, quería molestarla dejándola de niñera viendo cuanto tiempo podría aguantar.

— Sabes en el peligro que estamos, no tengo tiempo para quedarme aquí si puedo ayudar afuera—

— Y por eso estoy aquí, me ha llegado información que ha aumentado la cantidad de avistamientos de goblins de bajo rango en el bosque. Es probable que hayan levantado un campamento cerca de nosotros y necesito que lo encuentres—

Sonriendo la joven quiso salir inmediatamente de la habitación, pero mirando hacia la persona en la cama pregunto.

— Y que pasara con el—

Con una mirada curiosa Eleine miro a su amiga y no creyendo lo que pensaba le pregunto.

— No me digas que le has tomado cariño—

Al ver la reacción exagerada de su amiga, Eleine no quiso darle más problemas que pudieran afectar su nueva misión.

— No te preocupes, ya encargué a dos personas que lo cuidaran, es necesario que partas pronto—

Habían pasado dos días desde que Crow había perdido la conciencia, durante esos días en el poblado de la decimosexta avanzada se mantuvo un estado de alerta de máximo nivel.

Eleine había usado dos gemas de ficorita naranja para activar una línea de comunicación con la sede del ejército en la capital de Asturias. En el mensaje ella comentó sobre la aparición de un trasgo junto a un grupo de lagartos cornudos.

Como si hubiesen lanzado una piedra en un lago, las noticias se esparcieron a todos los lugares provocando un caos en el ejército.

— Ah vuelto a aparecer el señor de los goblin—

En una habitación subterránea de la capital de Asturias, Aleha, los líderes del ejército junto al rey de Asturias observaban un pergamino extendido en un mesón.

— Majestad, si el señor de los goblins volvió a aparecer, debemos enviar a nuestro ejército para destruirlos antes de que recupere sus fuerzas—

Mirando al rey, un joven comandante quería ser  enviado para contener al señor de los goblins.

— Aunque el pensamiento de Lian es correcto, espero que su majestad pueda considerar bien la situación. Si es que el enemigo ya recuperó sus fuerzas, los soldados podrían morir sin representar una verdadera amenaza—

La persona que había hablado era Dante,  el consejero de confianza del rey Erick de Asturias. El rey había sido acompañado por Dante desde antes de heredar el trono y escuchaba la mayoría de ideas de él sin pensar que pudiera traicionarlo.

Guerras bajo la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora