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Después de un par de minutos, Geonhak se incorporó sentándose y volvió a mirar todo el cuerpo del contrario, quien se encontraba con los ojos cerrados y la respiración ya más tranquila.
Su cuerpo estaba hecho un desastre, todo sucio, lleno de marcas de besos y chupetones por todo su cuello y hombros, sus pezones aún seguían hinchados y en las caderas se podía ver unas manchas rojas en la forma de las manos del alpha de lo que lo había sostenido con mucha fuerza, al igual que marcas rojas de manos en sus nalgitas, además  de tener el rostro sucio de lágrimas secas, y sus labios  un poco inflamados por la forma en como se comieron la boca minutos atrás y porque Seoho se había estado mordiendo  para tratar de no hacer tanto escándalo, cosa que fue en vano. Cualquiera  que lo viera podría adivinar que tuvo sexo duro.

Esto despertó a Geonhak, agitó su cabeza a ambos lados y se mordió el labio inferior nervioso.

"¡¿Qué he hecho?! Debo haber perdido la cabeza, no fui delicado contigo, soy un idiota... " —pensó sintiéndose mal. Apartó el cerquillo pegado en la frente del omega y acarició su mejilla con mucha delicadeza, sus mejillas eran muy suavecitas.
Seoho abrió los ojos y al hacer contacto visual se sonrojó.

- Lo siento, Seoho —dijo con voz dura— debí tratarte mejor, he sido un bruto...

Negó con la cabeza y esbozó una sonrisa — No, yo soy quien lo siente, por mi culpa has sido infial a Dongju —desvió su mirada sintiéndose avergonzado  y culpable por se un puto necesitado.

- No es tu culpa, Seoho, finalmente fue mi decisión tomarte, tú no me obligaste.

Un par de lágrimas corrieron por los ojitos del omega y se las limpió rápidamente como queriendo ocultarlas.

- ¿Estás bien Seoho? ¿Te he hecho daño? ¿Te duele algo? — preguntó con preocupación y tan suave que su voz sonaba como una caricia.

- Ya puedes ir con Dongju, ve con tu manada... —su voz sonó dolida— mi mamá debe estar por volver...

Geonhak agarró papel de la mesa de noche y dobló un pedazo para limpiar el cuerpo pegajoso de Seoho. Limpió su torso y luego la parte interna de sus muslos, sacando todos los líquidos que tenía encima. Una vez quedó decente, el alpha se agachó y lo besó en la boca, esta vez moviendo suave sus labios y tocándolo con su lengua como si fuera tímido. Con sus labios atrapó los contrarios, con movimientos lentos y mucho cariño. El omega solo se dejó hacer mientras otra lágrima se le escapaba. Después los labios del alpha fueron viajando por todo el rostro del omega para luego bajar por su cuello hasta llegar a su pecho y continuar hasta antes de su pene, ahí se detuvo y acarició su vientre con las yemas de los dedos, si Seoho estuviera de humor  se hubiera reído en ese momento por las suaves caricias como de una pluma, pero estaba triste.

Sabía que Geonhak solo le ayudó a calmar su celo porque era amable y tal vez también porque su instinto de alpha le dijo que lo hiciera, pero para él era diferente.

Seoho había estado enamorado de Geonhak por mucho tiempo y nunca se atrevió a decirle por que aunque Geonhak no lo hubiera mencionado, el omega sabía hace mucho que él no era cualquier alpha, era el alpha de su manada; una la cual fue enamiga de la manada a la que perteneció Seoho y su madre, por lo que los padres de Geonhak no aceptarían que su hijo tenga un omega exiliado de la manada con la que tenían conflictos, además que Dongju era un omega respetable de buena familia y en comparación a él, Seoho solo era un campesino marginado sin nada que ofrecerle, mas que su corazón, pero eso no era suficiente para los líderes de una manada grande.
Todo eso más la posibilidad de que Geonhak ya no quiera verlo porque tenía un prometido impuesto por sus padres hizo que Seoho decida guardar sus sentimientos muy al fondo de su corazón.

Por lo tanto Geonhak fue su primer amigo, su primer amor, y ahora el primero con el que se apareaba y tomó su virginidad. Seoho gozó ese momento y lo disfrutó demasiado, se sintió muy bien y quería repetirlo, pero ese sueño acabó, ya no necesitaba tener sexo con urgencia, Geonhak ya no tenía la necesidad de tomarlo y tal vez nunca lo volvería a tocar de la forma en que lo hizo hoy, sin embargo, en su mente  quedaría grabado los gruñidos del alpha con su voz profunda, sus toques, el tacto de su lengua, sus besos, todo. Y otra cosa que le partía el corazón era saber que Geonhak solo tuvo sexo con él, no podía llamarle hacer el amor porque definitivamente no hubo amor en sus acciones, solo lujuria dirigida por su lobo interior, en cambio con Dongju seguro sí fue amoroso, como el Geonhak que siempre conoció, seguro con su novio era delicado, dulce, caballeroso y sobre todo le daba un buen sexo lleno de amor. A pesar de todo esto Seoho fue feliz mientras duró. Pero ya era suficiente, no le pediría ni reclamaría nada a Geonhak, estaba más que satisfecho: sus genitales ya no le dolían, sus dolores de cabeza pasaron y su lobo interior estaba en paz. Aunque quería que su amigo se quedara un rato más con él, aunque sea solo unos minutos, no podía ser tan egoísta de pedirle eso. Aún así, estaba seguro que cuando el alpha se fuera y se quedara solo, se sentiría muy solo, triste, usado y  quedaría con el corazón roto, odiando su celo, ya que si no fuera por esto, Geonhak no lo hubiera tocado y podría seguir viviendo feliz sin saber como se sentía estar en los brazos y a merced de quien amaba. Llorraría incontrolablemente como un bebé desdichado, dejando ir todo la tristeza acumulada en su pecho para al día siguiente poder esbozar una sonrisa al verlo, fingir que no pasó nada, y que todo estaba bien ahora.

Primer Celo《LeeHo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora