No buscaba nada

Como si fuera la primera vez

La platinada se encontraba dentro de su auto mirando el teléfono.

Ya llegué, estoy en la puerta.

Rápidamente miró a través de los vidrios polarizados divisando a unos cabellos rubios y una figura que miraba impacientemente a su alrededor.  Sonrió y salió del auto.

Al acercarse notó como Mary iba vestida de forma casual, con un par de jeans y lo que parecía una sudadera de alguna banda.  Por suerte, pensó, llevaba un abrigo negro y largo encima, que si lo abotonaba podía parecer más ad hoc al lugar donde entrarían. -Mi error.  Pensó Ririka. Había invitado a la rubia a un lugar a modo de celebración, pero no le dio detalle acerca de código de vestuario, sintió como sus mejillas se sonrojaron un poco y luego tomaron un color mucho más intenso en el momento que Mary la miró de pies a cabeza con expresión de perplejidad.

-Riri-. Ahm, ehh. Yo... Hola

Ririka llevaba un vestido negro con corte sugerente y también llevaba un abrigo.

-Lo siento Mary, estaba tan entusiasmada que olvidé darte detalles.

Mary volvió a mirarla a los ojos y luego de unos segundos fue capaz de responder coherentemente.

-Eso no importa, estamos acá para celebrar. Aunque... ¿esto es un hotel?

Preguntó la rubia, Ririka notó como era ella quien tenía el rostro enrojecido ahora.

La platinada había tenido muchas veces reuniones en aquel hotel, reuniones de negocios, reuniones familiares y otras reuniones que podría catalogar como de "ocio".   El plus, además del buen servicio del lugar, que también funcionaba como restaurant, es que era una cliente frecuente y podía solicitar cualquier cosa, incluso para pasar la noche. No es que estuviera planeando hacerlo, pero...

-Es un restaurant

Respondió con una sonrisa Ririka.

-Y también un hotel.  Pero te invité acá esta vez por el restaurant.

"Esta vez"  Repasó sus palabras, golpeándose su cara con la palma de la mano mentalmente.

Mary pareció conforme con la respuesta y ambas se dirigieron al interior.  Al ingresar, el recepcionista saludó a Ririka explicando que "su lugar" se encontraba desocupado.

-¿Vienes muy seguido para este lugar?

Preguntó la rubia, con los brazos cruzados y una expresión algo... hostil

-Suelo venir cuando tengo reuniones -Agregó -Pero esta vez es distinto

-Por qué?

La rubia levantaba una ceja intentando parecer desinteresada.  Ririka se acercó hasta sentir el nerviosismo de la menor que cambiaba su postura.

-Porque estamos celebrando y porque estoy con una persona mucho más interesante

Ririka guiñó un ojo a Mary, quien se sonrojó al instante, con la platinada reflejando su gesto al darse cuenta de que su conducta había sido casi instintiva, automática, no estaba siendo Kirari, estaba siendo Ririka.  Una Ririka coqueta.  Hizo un gesto al recepcionista quien había estado observando la situación y tomó la muñeca de Mary para dirigirla a su lugar especial.

-------------

Ririka se encontraba sentada mirando el suelo, intentando repasar el cómo habían llegado a esa situación.  Miró su abrigo encima de un sofá, sintiendo como su piel se erizaba al sentir sus hombros desnudos.  Habían estado en el restaurant por aproximadamente dos horas, y entre la comida y unos bebestibles las cosas habían ido muy bien entre ambas, repasando estrategias y pensando en cómo distribuirían el trabajo al asumir el consejo estudiantil.