Una Decisión Peligrosa

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El amanecer llego lentamente a Orario, la noche oscura que antes abrumo la gigante ciudad calabozo lentamente se comenzó a dispersar en el infinito cielo dando paso a un reluciente sol que inundo toda la ciudad de luz marcando con ello el comienzo de un nuevo día.

Suspiros silenciosos resonaban entre las paredes de una habitación, una leve palpitación comenzó a acelerarse lentamente mientras un peliblanco comenzaba a abrir lentamente los ojos debido a aquella alarma orgánica que su cuerpo poseía.

Ya es de día, fue lo único que llego a la mente del peliblanco, era momento de irse, el peliblanco se levantó de aquella silla en la que había dormido, en su cuerpo aun poseía aquella ropa chamuscada y repleta de sangre, se estiro un poco mientras observaba a su alrededor.

Frente a él se encontraba una Elfa peliverde profundamente dormida enrollada aun entre sabanas, y justo unos centímetros bajo ella una Vouivre dormía plácidamente en un futón, ¿Debería despertarlas? Fue lo que se preguntó el peliblanco mientras observaba a ambas dormir.

Tras unos segundos de análisis, decidió que no lo haría, estaba casi seguro de que Ryuu podría lidiar con la Vouivre ella sola, así que el peliblanco solo abrió la ventana de la habitación dejando entrar las frías brisas de la mañana.

Bell solo miro por última vez a las ambas féminas aun dormidas antes de saltar por la ventana.

Tenía cosas importantes que hacer, así el peliblanco comenzó a correr entre tejados aprovechando que la mayoría de personas aún estaban dormidas.

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"Freya-Sama ya estoy aquí" Murmuro un Demi-Humano hincado en señal de respeto junto al sillón de cuero rojo en el cual la diosa de la belleza se encontraba sentada.

La diosa de la belleza solo se mantuvo en silencio mientras jugaba con su copa de vino entre sus dedos, Freya solo le dio el ultimo sorbo a aquel vino rojo antes de voltear a mirar a su súbdito.

"Acércate Allen" Murmuro la diosa de la belleza con una voz suave y delicada "Cuéntame todo"

"Todo es exactamente como usted dijo Freya-Sama, -Tempestad- De la familia Miach está resguardando un monstruo, exactamente una Vouivre" Explico el Demi-Humano hincado ante su diosa, "¿Desea que actuemos ya?"

"No, todavía no es tiempo, por ahora déjalo" Exclamo la diosa de la belleza con una sonrisa traviesa en su rostro.

"Entiendo Freya-Sama, procedo a retirarme" Menciono el Demi-Humano para proceder a salir de la habitación. Dejando tras el a una diosa de la belleza divagando entre sus pensamientos.

"¿Ves pequeño?, por eso no es bueno resistirse a mi" Murmuró Freya cegada por lo excitante que se estaba volviendo aquella pequeña situación. Ya tenía aquel peliblanco bailando entre la palma de su mano, lo tendría cuando ella lo deseara, en peliblanco viviría en libertad hasta que ella quiera, solo tendría que dar una orden, una simple orden y aquel peliblanco considerado indomable pasaría a ser el enemigo de Orario de un día a otro.

Se sentía tan bien, tener acorralado a aquel chico que unos años antes le demostró tanta rebeldía, el placer de tenerlo era gigante, pero mas placentero era jugar con él, jugaría con el como un gato con un ratón antes de comérselo, se contactaría poco a poco con él y lo obligaría lentamente a mirar como todo a su alrededor se derrumba.

Un mal movimiento, una mala jugada, un simple error fue lo que el peliblanco tuvo que tener para que se le volteara todo en contra.

"Y ahora es mi momento para divertirme"

Héroe OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora