Héroe Oscuro

Nueva Vida

"Entonces te mantendrás en el calabozo..." murmuro una silenciosa voz entre las penumbras de la noche.

"Si, residiré en el piso 18° hasta que alcance el nivel 4..." Respondió esta vez una silueta casi indistinguible entre la oscuridad de aquel oscuro callejón, si no fuera por esos 2 orbes carmesís que brillaban tenuemente en la oscuridad seria imposible distinguir que a las 2 personas se encontraban en aquel oscuro callejón trasero ubicado tras la anfitriona de la fertilidad.

"Es una mala idea..." Respondió una silueta femenina a lo dicho por el casi indistinguible peliblanco. "Recuerda lo que pasa en el calabozo se queda en el calabozo" Menciono la Elfa peliverde mientras intentaba a aconsejar al peliblanco, no sabía sus motivos concretos, pero no quería que otra persona importante para ella encontrara su fin en las profundidades de un oscuro calabozo, no otra vez...

"Se que es una mala idea..." Respondió el peliblanco completamente serio, el sabía que de todas las opciones que tenia esta era la mas peligrosa, despues de todo se estaba encerrando junto a todos sus enemigos en una caja sellada y silenciosa. "No vas a intentar detenerme ¿Verdad?"

"No..." Respondió la fémina al chico que se encontraba frente a ella, no es como si pudiera detenerlo, despues de todo el peliblanco era alguien tan irregular que le era imposible de comprender, no solo en su velocidad de crecimiento si no también en sus radicales decisiones, a veces tras sus dos orbes rojos veía una mirada tan fría que podría congelarla con solo verla, y otras veces miraba un niño pequeño e impulsivo, aunque este último solo lo había visto una vez, sabía que el fondo aún se encontraba.

La elfa solo parpadeo antes de dar un suspiro largo y dirigirse a la puerta lentamente ante la atenta mirada del peliblanco. Su delgado cuerpo se perdió de la mirada del peliblanco cuando entro completamente al restaurante dejando tras ella solo el sonido de la puerta haciendo clic con la cerradura.

Bell solo miro durante unos segundos la puerta antes de darse la vuelta, era de hora de irse, pronto comenzaría ha amanecer y no quería llamar la atención, bajo la capucha de un pequeño ser que se encontraba cobijado a su costado en una gabardina completamente negra.

"Nos vamos Wiene..." Menciono el peliblanco en un susurro que se perdió entre el silencio de Orario.

"Bell... Volveremos a ver a Ryuu-Sama" Fue lo único que respondió la Vouivre cuando el peliblanco poso su mano cariñosamente revoloteando su cabeza.

El peliblanco soltó una pequeña risa cuando escucho la dicho por la Vouivre.

"¿Ryuu-Sama? ¿Ella te enseño eso?" Pregunto el peliblanco con una sonrisa mientras comenzaban a caminar.

"Umn... no, pero lo leí en un libro" Expreso animada la Vouivre mientras movía las manos como si se tratara de una niña pequeña.

"Ya veo... Pero qué tal si hablamos mejor cuando estemos en el calabozo ¿Sí?" Respondió el peliblanco intentando evadir su pregunta, ahora mismo no podría responderla, no sabía si todo su plan se lograría, o si moriría antes de terminarlo, ante el resto de personas pareciera como si el peliblanco solo quisiera subir de nivel lo más rápido posible, y en parte era cierto, pero en mayor parte fue lo que lo motivo a dar el paso de arriesgarse a esto fue por la última frase que dijo un pequeño peliblanco antes de desaparecer.

No sabia si el ente que se alojaba en su mente mentía o decía la verdad, pero algo dentro de el gritaba, pataleaba y desgarraba su voz por salir.

Como si un residente encadenado en el fondo de su mente quisiera salir cada vez que se involucraba en algo medianamente peligroso, algo que lo torturaba mentalmente antes de ir a dormir, algo amargo y siniestro que el peliblanco guardaba para sí mismo en el fondo de su ser.