Perdón pero es ahora de hacerlxs sufrir:)
Narra Thomas
[Un mes después]Otra vez esas manchitas en mi piel, ya comenzaba a asustarme.
Hace unos meses que comenzaron a salirme pensaba que era por el sol o por que mi piel era mas delicada. Pero aunque usara protector solar me salían.—Dale Valen, mira esto— me vió con sus ojitos llenos de preocupación, no quería ponerla en ese estado, pero era la única persona que tenía a mi lado a pesar de todo lo que pasamos.
—Voy a hablar con mi tía, es dermatóloga, capaz que te puede recetar algo y asi se te quita ¿dale?— asentí, pero algo me decía que la cosa no iba a estar tan fácil
—Te amo, amor— sonrió acercándose a mi y plató un corto beso en mis labios.
Aunque mi boca estaba seca y tenía fueguitos no le importaba mucho. No le daba asco como, supongo, a las demás si les daría. Sabía que eso hería mi autoestima, estábamos seguros que no era una enfermedad de transmisión sexual por que fui a hacerme pruebas cuando empezaron a salirme y dieron negativo.
Capaz era por la fiebre que había tenido unos días antes.—¿Queres ir a lo de Mauro?— preguntó y negué
Me daba vergüenza que me vieran de esa forma, tan feo y lleno de manchas rojas en mi cara. Era imposible que me sacara del departamento.
—No quiero que me vean así de feo— agaché mi cabeza y no pude evitar soltar un par de lágrimas
—Amor, hey Thomi. Amor— insistió ya que no levantaba la cabeza— che, Thomas me voy a enojar si no me miras— con eso bastó para que mis ojos se dirigieran a los suyos, no me gusta hacerla enojar, aunque era linda con su cara de culo, a veces no soportaba que estuviera los diez minutos que le duraba el enojo sin abrazarme.
—¿Que pasa?— pregunté
—Ya está amor, vamos al doctor— negué— Thomas, no podes estar así, ¿Y si es algo mas que solo ronchitas?
—Justo por eso no quiero ir, me da cagazo
—Dale, pelotudo, si te pasa algo me tiro de un puente, no me lo perdonaría
—Vamos, pero si me tienen que poner una inyección no me voy a dejar, desde ahora te lo digo, y no te vayas a enojar por que te lo advertí— dije y asintió riendo por mi estúpido miedo a las agujas.
—Si dale— asintió
Realizó un par de llamadas y salimos hacía el hospital.
[...]
Llegamos al hospital y me pasaron directamente con un doctor que es amigo de la tía de Valen.
Lo saludó con toda la confianza, según ella, fue novio de su tía por mas de cinco años. Pero cuando terminaron su relación siguieron tan amigos como cuando no estaban juntos.
—¿Y la Rocio?— preguntó el doctor, Rocio era la tia de Valen
—Y ahí está en su trabajo, supongo. Esta bien creo— respondió sin saber, tenía meses sin ver a su tía por que su trabajo le consumía la mayor parte del tiempo por lo dedicada que era.
—Piola— se limitó a contestar y me dedicó una mirada— Entonces ¿desde cuando me dijiste que te salen?
—Desde hace como un año y medio me salían pero no tan seguido, y eran cositas chiquitas. Hace unos meses me vienen saliendo mas seguido y cada vez mas grandes. También me salen fueguitos, yo pensaba que podía tener alguna Enfermedad de Transmisión sexual pero me hice las pruebas y salí negativo.
A veces me dan dolores fuertes en el pecho y en los músculos de las piernas y pocas veces en los brazos y manos pero también pasa.— conteste sintiéndome chiquito e indefenso. Valen me veía con detenimiento y apoyó su mano sobre la mía apretando un poco.