012✨

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Narra Valentina

Hervía en fiebre.
El doctor dijo que venia a verlo a casa, así no tenía que llevarlo en ese estado hasta el hospital.

Mauro vino a ver que pasaba por que lo llamé demasiado asustada por todo. Como era de los mayores de mis amigos, lo trataba como esos ancianos que saben de todo y sentía que podía ayudar de cierta forma.

—Va a estar bien— dijo y asentí mordiendo mis uñas.— deja de hacer eso, te vas a acabar las pocas uñas que te quedan— hizo tono preocupado y asentí bajando los brazos

En este punto, ya estaba presa de mis pensamientos una vez más.

Dani y yo hicimos una investigación exhaustiva. Y lamentablemente tenía la mayoría de los síntomas. Si la enfermedad llegaba a atacar rápidamente sus órganos, significaba no tenerlo nunca más conmigo.

Lo peor, es que no sabes exactamente a que te estás enfrentando. Es combatir con algo poco seguro. El tiempo para nosotros ya era mas que oro. Podía durar años o pocos meses.

El doctor salió de nuestra pieza llamando mi atención.

—Bueno, le di medicamento para controlar un poco los síntomas. ¿Está siguiendo bien la dieta?— preguntó y asentí

—Si, desde que la inició no ha fallado ni un día— contesté y el asintió

—Cualquier cosa por mas mínima que sea me llamas asi te digo que hacer. Igual ya está todo controlado, sigue teniendo fiebre, no se va de un minuto al otro, pero en media hora se le pasa— asentí y lo acompañé a la puerta, así seguía su camino a donde sea que vaya.

No es lindo ver a la persona que amas tan enferma, tan decaída. Duele en el alma tener que lidiar con enfermedades en las que las probabilidades de vida son pocas, pero así es la vida, un día estás arriba y otro abajo. Este último tiempo, nos tocó estar abajo, lamentablemente.

Subí con Mauro detrás para ver que tal se encontraba. Por suerte ya estaba un poco mejor.

—Ya me siento mejor

—Eso es bueno amor— sonreí con lágrimas en los ojos

Me había asustado mucho el estado en el que se encontraba unas horas antes. Tanto, que llegué a pensar que se iba para siempre.

—Yo me voy yendo, tengo unas cosas que grabar en el estudio, sino me quedaba mas tiempo con vos amigo, me alegra que te sientas mejor y cualquier cosa me llaman así vengo— asentimos y acompañé a Mauro a la puerta. Se fue, no sin antes yo haberle agradecido el estar acá en este momento tan difícil para nosotros.

Subí una vez más y me acosté a su lado.

—Estaba pensando en cuando nos conocimos en la plaza— me sacó de mis pensamientos y lo vi tierna— lo mas hermoso que vi fuiste vos

—Basta que soy sensible

—Siento que me voy a morir, y no te quiero dejar sola— soltó una lágrima, su forma de decir directamente el problema, me dolía

—No te va a pasar nada, basta— sequé su lágrima y negó

—Bueno, no importa. Te amo— dijo y contesté lo mismo y acaricié su pelo para calmarlo un poco.

Me asustaba que pensara eso.
Solo rezaba por que la enfermedad no comience a atacar sus órganos. Pero sabia que era en vano, no hay Dios que me escuche.

Su celular comenzó a sonar y su pantalla se iluminó.

—¿quien concha me molesta a esta hora?— era temprano pero para él era hora de dormir.

POR VOS; Rusher King- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora