Sintió el peso de las esposas desaparecer, se tocó las muñecas adoloridas por la presión del metal. La sala de interrogatorios estaba en un silencio incomodo, tras retirar las cadenas, Volkov se sentó en la silla frente a Horacio, quien ya no llevaba la bandana.
Se pasó una mano por el pelo y suspiró antes de hablar.
-¿Por qué no nos avisó que estaría allí?- El comisario se echó hacia atrás, apoyándose en el respaldo de la silla mientras mantenía los brazos cruzados.
Horacio adoptaba una pose más desenfadada, con el brazo hacia atrás, cayendo por el respaldo, y la pierna derecha apoyada sobre su izquierda.
-No tenía por qué, no iba a hacer ningún movimiento importante, tan solo una inspección sin más.
-Ya ¿Y esa inspección implica también meterse en peleas con civiles?
Horacio frunció el ceño, bastante molesto por el comentario.
-Intenté salir de la pelea y por si no lo notó, quien se llevó la peor parte fui yo, si hubiese querido le aseguro que el otro no se habría levantado tan fácil.
-De acuerdo ¿Y qué me dice de negarse a identificarse?-Se le notaba molesto y sobre todo cansado, era bastante tarde y lo menos que quería era estar allí discutiendo con el federal.
-¡No podía quitarme la máscara!- Rebufó frustrado, apoyó los codos sobre la mesa y se llevo las manos a la cabeza en señal de molestia. Volvió a erguirse para seguir hablando.- Mire, será más fácil si ustedes no se entrometen en mis investigaciones y ya, si he de compartir información ya lo haré.
-Esta investigación no es solo suya, es nuestra, de hecho. No pretendemos que trabaje por su cuenta, solo necesitamos apoyo.
Aquél tira y afloja no les llevaría a ningún lado. Veía que Volkov no daría su brazo a torcer, y aunque él no solía ceder fácil, sabía que si no lo hacía tan solo entorpecería la misión.
-Muy bien, a partir de hoy llevaré puesto el localizador encendido para que puedan saber dónde estoy, pero no pueden interferir mientras esté infiltrado.
Volkov lo miró fijamente a los ojos, la expresión seria del federal le hacía saber que aquella era la única y última oferta que le haría. Asintió, pues tampoco tenía sentido seguir discutiendo.
-Está bien, pero debe ir informando de su progreso, a mí o a cualquiera de los dos comisarios.
El de cresta asintió, no era su forma de trabajar pero no tenía sentido discutir, miró el reloj de la pared: las tres y media de la madrugada. No esperaba que su noche acabara en la sala de interrogatorios.
-Lamento lo de las esposas.- La voz del policía lo sacó de sus pensamientos, se giró a mirarlo.-Y haberlo tratado como a un detenido.
Otro suspiro pesado.
-No importa... Al final tan solo hacía su trabajo.- Se levantó de su asiento y tomó el móvil.-Voy a irme ya, he de llamar a un taxi, el coche se quedó en el aparcamiento del local.- Hasta ese momento no había reparado en ello, ahora debería esperar aún más para volver.
-Puedo acercarle, de todas formas voy a salir de servicio ya.- Imitó el gesto del contrario y se levantó también.
-Bueno, como en parte ha sido su culpa que me dejara el coche, lo aceptaré.- Una pequeña sonrisa ladina apareció en su rostro, dejando a Volkov sin nada que rebatir pues el federal tenía razón.
Ambos caminaron juntos hasta el aparcamiento de comisaria, una vez en el coche el comisario le pidió a Horacio que marcara en el GPS dónde vivía y puso rumbo al lugar. Al principio se instauró el silencio, rellenado por la música que salía de la radio. Volkov fue quien rompió el silencio, no quería tener una mala relación con el federal, prefería intentar calmar las aguas.
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Wherever you are
FanfictionEl agente federal Horacio Pérez es enviado a Los Santos, con el propósito de ayudar a la LSPD con una investigación. Conocerá al comisario Viktor Volkov, jefe de la policía, y con quien deberá resolver sus diferencias para poder seguir trabajando. ¿...