Young love [Maylor]

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—¡No me ganarás está vez, papi!— exclamó él pequeño rubio.

—¿Ah si?, ¡Eso lo veremos!— dijo su papá.

—Oh no, ¡cubrete Clare!— exclamó en broma la mamá de Roger y abrazó a la bebé haciendola reír.

—En sus marcas, listos... ¡Fuera!— exclamó Roger, y tanto su papá como él, tomaron rápidamente el vaso de leche con chocolate que tenían frente a ellos y comenzaron a beberlo.

—Cuidado, no se vayan a ahogar— advirtió Winifred.

Después de unos segundos más el vaso de Roger se vació por completo, antes que el de su papá.

—...¡Te gané!— dejó el vaso en la mesa y levantó sus bracitos en señal de victoria.

—Hiciste trampa— dijo fingiendo molestia mientras dejaba su vaso en la mesa como anteriormente hacia el pequeño.

—Aprende a perder, Michael— intervino la mujer.

—Si, papi, te gané— le sonrió.

—Te dejé ganar.— murmuró con fingida molestia— Y mira— dijo riendo mientras señala el bigote artificial que se había formado sobre la boquita del menor a causa de la bebida que anteriormente había tomado.

—A ver— dijo su madre y el rubio volteó, para que lo viera, y cuando lo hizo también comenzó a reír.

—¿Qué?— preguntó sonriendo— ¿Qué tengo?

—Vete en el espejo— le dijo su papá, y el pequeño se levantó de su lugar y fue corriendo con una sonrisa en su rostro a verse en el espejo que estaba situado en el baño.

Sus padres solo se quedaron esperando a que el rubiecito regresará, y ahí pudieron oír una carcajada proveniente del baño y luego pudieron ver cómo el pequeño volvía corriendo mientras reía.

—¡Tengo bigote!— se paró frente al comedor y lo señaló— soy un señor— siguió riendo.

Sus papás rieron con él, les parecía muy tierna la reacción del menor.

—Ahora serás conocido como el Señor bigotón— dijo su papá en broma y el rubiecito comenzó a reír aún más.

—Bigotón— repitió riendo.

—Ya eres todo un señor, Roggie— dijo su mamá.

—¡Eh!— celebró— ahora soy un señor como papá— abrazó al mencionado— somos iguales, papi.

—Claro que si, Roggie— contestó este.

—Muy bien señores, no es por arruinar su momento, pero tiene que limpiarse ese bigotito, señor Taylor junior— le llamó su mamá— ven, te limpio.

—Pero mami, quiero quedarme así— se quejó.

—No Rog, tienes que limpiarte eso, luego te hacemos otro con un plumín— dijo Michael—¿Está bien?— preguntó y el pequeño asintió— Bien, ahora ve con tu mamá para que te limpie— le dijo y el menor obedeció.

Fue a dónde estaba su mamá sentada, y ya ahí, su mamá limpió la boquita del rubiecito con un pedazo de papel, y luego volvió a hacerlo con una toallita húmeda, que anteriormente había ido a traer del baño.

—Muy bien, nuestro Roggie bebé, volvió— lo abrazó.

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—De acuerdo Brimi, a dormir, que mañana ya tienes que ir a la escuela— le dijo Ruth a su hijo, quien ya estaba acostado en su cama  mientras ella lo arropaba.