P A R T E Ú N I C A

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El sonido del lapicero de mi profesor calificando algunos exámenes era el único sonido que se escuchaba en la aula ya que hacía dos minutos aproximadamente que mis compañeros de clase habían salido

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El sonido del lapicero de mi profesor calificando algunos exámenes era el único sonido que se escuchaba en la aula ya que hacía dos minutos aproximadamente que mis compañeros de clase habían salido.

Mi madre y mi profesor habían hablado sobre que necesitaba asesorías, puesto que mi promedio había bajado demasiado, y ahora aquí estoy sentada a un lado de él.

El profesor es muy sexy, y estaría mintiendo si dijera que no estaría dispuesta a algo con él.

Él no me miraba, solo estaba sentado ahí con su corbata un poco suelta y con su labio entre sus dientes mirando los exámenes con tanta concentración. No sé cuánto estuve mirándolo, solo apunté a bajar mi mirada cuando volteó a verme y bajó sus lentes por el puente de su naríz.

—¿Desesperada, T/n? —preguntó con su profunda y tranquila voz.

Levanté rápidamente la mirada. —No, no lo estoy. —respondí torpemente.

—Tranquila, cariño, sé paciente. —volvió su mirada a los exámenes.

Reí. —¿Me llamaste "cariño"? —cuestioné con tono burlón.

—¿Perdona?—frunció el entrecejo y me miró fijamente.

—¿Vas a finjir que no te gusto? ¿Que no miras mis piernas bajo mi falda cada que entro por esa puerta? —pregunté inclinándome hacía él para tomar su corbata y atraerlo hacía mí apenas rozando nuestros labios.

—T/n, tú estás aquí para una asesoría. —respondió serio aunque podía observar su mirada llenandose de lujuria al mirar mis labios con lipstick sabor fresa tan de cerca.

—¿De verdad? —reí y sin más corté la distancia entre nuestras bocas comenzando un caliente beso el cual me fué correspondido.

Me coloqué sobre él con una pierna a cada lado de su cuerpo y él me tomó de los múslos. El beso subía cada vez más de tono y podía sentir las manos de mi profesor vagando debajo de mi falda.

Nos separamos por falta de aire y sonreí triulfal.

—¿Aún deberíamos continuar con la asesoría, profesor? —pregunté coquetamente mientras daba un pequeño salto sintiendo que el pene de mi profesor se endurecía bajo a mí.

—Por supuesto que no. —sonrió y volvió a besarme mientras su mano subía hacía pechos dónde mis pezones se notaban a través de la fina tela de mi uniforme.

Frotó mi pezón con sus nudillos y un agudo gemido se escapó de mi garganta.

—Estás caliente, cariño, ¿no es así? —preguntó mientras quitaba mi camisa y sustituía sus nudillos por su lengua.

Volví a gemir y asentí, mis ojos estaban cerrados por el placer que su lengua me provocaba.

Retiró mi camisa dejándo mis pechos expuestos a él sin nada más que la corbata de mi uniforme perdiéndose entre estos.

Volvimos a besarnos y esta vez yo dirigí mis manos a su tonificado cuerpo quitandole la camisa.

Sonrió. Hizo a un lado los exámenes que minutos antes estaba calificando y me recostó sobre el escritorio abriendo mis piernas para colocarse entre ellas.

Se inclinó sobre mi cuerpo y besó mis labios antes de decender hacía mis pechos y estimular mis pezones con su lengua dejándolos brillantes de saliva. Sentí mis bragas humedeciendose y muchas ganas de frotarme.

Subió mi falda un poco arriba de mi cintura sin quitarla y retiró mis bragas las cuales estaban húmedas.

Sonrió y sacó su pene de sus pantalones comenzando a masturbarse frente a mí, acercó su erección a mi vagina humedeciendola de mi lubricante natural y continuó masturbándose.

Acercó su pulgar a mi vagina y subió hacía mí clítorís frotando sobre este, haciendome gemir.

—¡P-profesor!— gemí agudamente.

—Llamame "Kev", linda. —dijo con una sonrisa en su rostro.

Acercó su miembro a mi entrada y se introdució en mí lentamente hasta que todo estuvo a dentro de mí, no pude evitar gemir fuertemente.

Me tomó de la cintura y comenzó a penetrarme rápida y fuertemente, entrando y saliendo de mí. Mis pechos rebotando cada que me embestia.

—¡K-kev! ¡Más! ¡Por favor! —gemí aferrándome a el escritorio.

—Tocate, hermosa. —dijo al mismo tiempo que aumentaba el ritmo de sus embestidas.

Asentí y dirigí mi mano a mi clítoris comenzando a frotarlo rápidamente buscando mi propio placer.

Una oleada de lubricante humedeció el pene de Kev dentro de mí y mis paredes se apretaron al rededor de él.

Gemí sintiéndome tan cerca de correrme.

—¡Kev! Estoy cerca. —gemí.

—Lo sé. Correte para mí, hermosa. —dijo embistiendo dentro de mí, dando en mi punto G una y otra vez.

Sin más llegamos al orgasmo soltando un fuerte gemido de parte de ambos.

—¿Regresarás para otra asesoría? —preguntó Kev mientras terminaba de ponerme el uniforme

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—¿Regresarás para otra asesoría? —preguntó Kev mientras terminaba de ponerme el uniforme.

—Me encantaría, quizás mis calificaciones mejoren después de un par de ellas. —reí. Aún sentía mis piernas temblar por el reciente orgasmo.

Era obio que volvería a quedarme después de clases para otra placentera asesoría.

Era obio que volvería a quedarme después de clases para otra placentera asesoría

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FIN.

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Prisioners of pleasure - KevlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora