XXX: El hijo del Diablo

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A Jeonghan le tomó unos segundos procesarlo y comprenderlo. Al contrario del temor que pensó que sentiría, sintió rabia y un leve calor en el rostro.

—¿Con qué derecho? —reclamó entre dientes.

—Siéntate —ordenó Jung Gi con tono frío —Que te sientes —repitió con una voz diferente, con una mezcla de voces similar a la del mismo Diablo, la cual hizo a Jeonghan obedecer de inmediato.

Jeonghan fue estratégico y se sentó en el comedor, cerca a la cesta donde tenía el cuchillo. Su padre se sentó en el otro extremo de la mesa y suspiró con pesadez.

—Jeonghan... ¿Quién sospecharía del borracho del pueblo? Me han ofendido tanto, que me conformé con mucho menos de lo que merezco.

Jeonghan movió sus ojos de la cesta y encaró a su... ¿padre?

—¿Y por qué no sólo te fuiste?

—Porque quería a mis hijos —Jung Gi negó encogiendo los hombros.

—¿Querías a tus hijos? —Jeonghan apretó los puños —¿Por eso mataste a Jisoo?

Jung Gi suspiró.

—Jeonghan, hay algo que no sabes...

—¿Qué secreto puede ser más grande e importante que esto? —escupió el más joven, con odio.

—Cuando tu madre y yo nos casamos, ella no estaba enamorada de mí —Jung Gi comenzó —Ella amaba al señor Kim, el padre de Mingyu. Cuando nos casamos, ella tenía tres meses de embarazo, pero el señor Kim ya estaba casado también y no podíamos arruinar el matrimonio de la familia más importante de la aldea.

Jeonghan abrió los ojos como dos esferas.

—¿Qué...?

—Yo decidí hacerme cargo de Jisoo, le di mi apellido. Luego naciste tú, mi verdadera sangre, mi favorito.

—Esto no se trata de favoritismo —Jeonghan exclamó —¿Me estas diciendo que le arrebataste la vida a mí hermano, sólo porque era el hijo de mi madre con otro hombre?

Jung Gi no respondió. Guardó silencio por unos segundos y después dijo:

—Un día antes de la acampada, Jisoo nos escuchó a tu madre y a mí hablando sobre el tema... Tú madre no le vio, pero yo sí, y no podía permitir que tú te dieras cuenta. Por eso, apenas salió la luna llena en la fogata, corrí a buscarle, llegué a la casa de Jihoon, hablé con tu hermano y le pedí que guardara silencio... Él se negó y me dijo que te lo diría en cuanto volvieran a verse —Jung Gi bajó la mirada, para nada orgulloso —Ahí fue cuando me convertí y lo ataqué.

Jeonghan se cubrió el rostro con ambas manos. Él simplemente no podía hablar ni pensar en algo con claridad. Quería llorar, pero tampoco podía hacerlo.

—¿Madre lo sabe? ¿Sabe que tú eres el Lobo?

—No.

—¿Ibas a matarla también? —cuestionó el castaño, recordando el rostro lastimado de su madre —Cuando la atacaste y luego tuviste el descaro de tú mismo cuidarle sus heridas.

—No, no iba a matarla —Jung Gi repitió —Sólo estaba muy enojado el día del festival... Quería demostrarle a todos que yo no me había ido, y por algún motivo me crucé con tu madre.

—Entonces, Jisoo era medio hermano de Mingyu —dedujo Jeonghan —Por eso era tan diferente a mí... Por eso era mejor que yo en todo, porque tenía sangre Kim.

—¿Nunca te preguntaste por qué él no se parecía en nada a mí, y era tan parecido a tu madre? —Jung Gi continuó —Jeonghan, apenas hace poco tomé el valor para vengarme...

—¿Vengarte? ¿De qué? —Jeonghan interrumpió, apretando aún más sus puños —¿Del señor Kim por ser el verdadero amor de mi madre y por eso matarlo? ¿Vengarte de Jisoo por sólo ser un inocente que descubrió la verdad? —Jeonghan negó —Era mi hermano, mi único hermano. Tú decidiste criarlo y después lo asesinaste... Eres la peor cosa que existió en el mundo.

—Lo sé, lo sé...

—¿Por qué tantos inocentes? —Jeonghan reclamó poniéndose de pie —¿Qué te hicieron?

Casi había olvidado por completo el lugar en donde estaba, el caldero humeante y el abrigo de la abuela en el suelo. Jeonghan fue consciente nuevamente, comprendió frente a lo que estaba. Él era el hijo del Lobo, su padre era un monstruo.

—¿Dónde está la abuela?

—Tuve que matarla. Me descubrió —Jung Gi confesó sin empatía en sus palabras —Cuando ataqué al padre de Mingyu en la cueva, Mingyu logró olerme. Después tu abuela fue a hablar con él mientras tú estabas encarcelado, Mingyu le comentó sobre mi olor, inclusive él pensó que tú abuela era el Lobo.

—Entonces la abuela se acordó de tí... Supo que eras tú porque reconoció tu olor.

—Y tampoco podía permitir que se lo contara a tu madre —Jung Gi bufó cansando —Yo lamento mucho todo, Jeonghan. Yo quería a Jisoo como si fuese mi hijo. En mi estado humano no sería capaz de haber hecho todo lo que hice... pero cuando te conviertes, todo y todos son diferentes.

Jeonghan se secó las lágrimas de sus ojos, las cuales no habían alcanzado a caer.

—Yo... ni siquiera sé que decirte, padre —el castaño sollozó sintiendo su corazón doler. De repente, recordó los momentos que había vivido en su niñez, junto a su padre, su héroe, y Jisoo, su único hermano —¿Qué debería hacer? Estoy parado frente al hombre Lobo...

—Ven conmigo —Jung Gi se levantó también —Esta noche la luna se esfuma. Una mordida y serás como yo...

—No puedo hacer lo que haces... No quiero.

—Puedes hacerlo, Jeonghan. Por tus venas ya está corriendo mi sangre —Jeonghan llevó nuevamente su mirada a la cesta —Esto un don que mi padre me brindó y yo puedo dartelo a tí. Soy más fuerte que él y tú serás más fuerte que yo. Y serás invencible... serás invencible porque eres diferente al resto de personas. Por eso siempre te he protegido a tí...

Jeonghan sonrió, su sonrisa fue diminuta pero irónica. Se miró los pies y volvió a llenarse de odio mientras escuchaba a su padre hablar.

—...Seríamos invencibles tú y yo.

—Debe haber un Dios, porque tú eres el Diablo —dijo y la expresión de su padre se tornó oscura.

—Y tú el hijo del Diablo.

En ese momento se oyó un golpe en la cerradura de la puerta. El pico de un hacha clavada en la madera llamó la atención de ambos hombres.

Y de un sólo golpe seco, Seungcheol abrió la puerta por completo.

—No eres tan temible a la luz del sol.

狼 red cape boy › jeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora