Cap 35

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Me había despertado hace ya unas horas pero seguía acurrucada en mi cama rodeada de almohadas, no quería levantarme pero los rayos de sol que se colaban através de la ventana me obligaron - Buenos días Katniss, feliz cumpleaños número 29- me dije a mi misma sin emoción mientras me levantaba para ir al baño

-¿Qué diablos me pasó?, tengo una cara de destrucción que no me la quita nadie - me dije a mi misma cuando vi mi reflejo en el espejo, tenía unas ojeras marcadas y una mancha rojiza que adornaba mi nariz - Seguro que esto es culpa de los kleenex, ay no y mi cabello ¿Cómo llegué a esto? - me miré con amargura y ya sabía esa respuesta... por mentirosa, por mentirosa estoy así, si tan solo hubiera dicho la verdad desde un comienzo hoy me encontraría en condiciones totalmente distintas... quizás Peeta no se hubiera animado a ir a esa reunión.... de solo recordar lo que había ocurrido sentía un retortijón en el estómago y las lágrimas volvían a surgir


Después de haber terminado en el baño apagué las luces y mi intención era regresar a dormir, todo esperaría hoy... la oficina, mi familia, mis labores... todo. Hoy no había nada que celebrar... cuando me volví a acostar en la cama duré algunos minutos dando vueltas pero no lograba conciliar el sueño por lo que decidí que sería mejor levantarme. Me levanté nuevamente y agarré un moño con el que me recogí el cabello en una trenza

Salí del cuarto y empecé a bajar las escaleras totalmente descalza, solo me faltaba un escalón cuando el olor a tocino y huevos invadieron mi nariz haciendo que una sonrisa apenada se dibujara en mis labios... le había casuado tanto enojo y dolor el día de ayer y aun así ahí estaba haciéndome el desayuno

-Buenos días - dije viendo a Peeta el cual estaba de espaldas con un mandil poniendo unas tostadas en un plato

-Buenos días - dijo el de forma neutral mientras colocaba un paño de cocina en su hombro - ¿Café? - preguntó agarrando la cafetera

-Si.. gracias- me senté en el pequeño mesón de mármol en donde comíamos cuando éramos solo los dos. Peeta me extendió mi taza de color verde la cual usaba todos los días.

Mientras yo disfrutaba mi bebida Peeta puso sobre la mesa un pequeño bowl con fruta y un plato grande con tostadas huevo y tocino

-No encuentro los platos pequeños.. ya sabes esos blancos con detalles color crema ¿A donde están? - me preguntó abriendo un estante

-Están en el otro estante.. los moví la semana pasada... - Peeta me miró serio y al descubrir el significado oculto de mis palabras se dio la vuelta lentamente y se apoyó en el mesón con los brazos cruzados - pero no importa si quieres podemos comer en el mismo plato - Peeta dejó el paño que aún estaba en su hombro en su lugar y luego se sentó a mi lado

-Buen provecho - susurró antes de comer un pedazo de sandia

-Igualmente - ambos nos sumergimos en un silencio algo incómodo, normalmente nuestras mañanas no eran así pero desde hace unos meses esto solía pasar y con la discusión que habíamos tenido anoche todo empeoró.

-No quiero que te vayas - le dije sin pensar mientra me giraba para verlo

-Necesito ir.. y aunque no quisiera lo mejor es que vaya- dijo mirando hacia el plato - pero.. -

-Si te quieres quedar no vayas por favor -

-Lo siento - me dijo serio y sabia que todo esto lo había causado yo pero era mi cumpleaños y solo quería estar junto a él

-Pero.. es mi cumpleaños, no quiero estar sola -

- No vas a estar sola - dijo sin mirarme -Tendrás a la familia contigo, aparte me imagino que Rue vendrá-

Del odio al amor solo hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora