Cap 19

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Los subestimé, estaba tan distraída pensando en mis asuntos que nunca se me pasó por la cabeza que su relación fuera seria. Toda la noche de ayer fue en vano, si se van a casar eso significa que nos mudaremos juntos, Peeta y yo seremos hermanastros. No.... no... no esto definitivamente no puede estar pasando.

-¿No están emocionados? - dice mi madre mostrándome su mano con un gran anillo plateado en su dedo que James le había puesto. Traté de sonreír para no levantar sospechas pero debajo de la mesa jugaba con mis nudillos y me sacaba pequeños pellejos de los dedos lo cual me calmaba pero me lastimaba, de repente siento como la mano de Peeta coge la mía y le da un apretón, al principio quise safarme de su agarre por los nervios de que nuestros padres nos vieran pero sentir su cálida mano dándole fuerza a la mía hizo que lo olvidara.

Me quería parar, agarrar a Peeta y salir corriendo junto a él pero no podía hacer eso. Nuestros padres siguieron hablando mientras nosotros nos quedamos callados asimilando las cosas, veo como Rue me dice "lo siento" con los labios y alcanzo a ver las expresiones tristes de Prim y Cato.

-Chicos, no los queremos presionar, se que todo esto es un poco rápido pero seremos una gran familia y se que todos nos llevaremos bien - al oir al padre de Peeta decir esas palabras me empiezo a sentir mareada, siento una lagrima querer salir pero vuelvo a la realidad cuando escucho la alarma del horno sonar.

-Iré a ver el pie, ¿Peeta te importaría ayudarme? -dice mi madre levantándose.

-Si clar.. - estaba deciendo Peeta hasta que lo interrumpo.

-¡No! - digo levantándome de golpe- yo... yo iré - digo caminando hacia la cocina, veo que Peeta se queda en su asiento, me giro extrañada al verlo aún sentado - ¿Vienes?- le digo haciendo un gesto con mi cabeza. El me mira sorprendido pero se levanta y me sigue.

Caminamos hasta la cocina mientras los otros se carcajean en la mesa. Me doy la vuelta encarando a Peeta y me apoyo en un mesón. -¿Qué vamos a hacer? - le digo cruzandome de brazos.

-La verdad es que no se - me dice él - podemos.. mmmm tal vez si les contamos todo-

-No les podemos decir nada Peeta, por lo menos no ahorita, como se supone que le diga a mi madre que estoy enamorada del hijo de su prometido! - digo empezando a moverme por la cocina moviendo las manos

-¿Así que enamorada? - Peeta suelta una pequeña risa, lo miro seriamente haciéndole entender que no estoy de humor

-Hey-dice el deteniendome mientras agarra mi cintura para calmarme, bajo mi mirada hacia el piso - Mírame - dice él levantando mi barbilla - todo va a salir bien..... ya conoces a tu madre y yo se como es mi papá, tal vez nunca se casen o cambien de opinión - no le digo nada y solo me acerco a él para abrazarlo-vamos a estar bien preciosa -

Nos quedamos unos minutos abrazados hasta que escucho como mi madre nos llama -Tenemos que volver - le digo separandome

Ambos nos miramos con tristeza y volvemos, el resto de la mañana parece eterno, no logro concentrarme en nada, mi cabeza solo piensa en la posibilidad de vivir bajo el mismo techo con Peeta como hermanos, siento un escalofrío pasar por todo mi cuerpo, trato de concentrarme en las palabras de Peeta pero no lo logro. Ya al terminar el desayuno, todos siguen conversando de cosas básicas y riendo, sigo sin poder sentirme bien, no le dirijo ni una mirada a Peeta cuando siento su mirada en mi. Le agradezco al cielo cuando el padre de Peeta dice que ya es hora de que se vayan.

Todos nos despedimos y cuando me toca despedirme de Peeta no le doy el pequeño beso en la mejilla que acostumbro a darle sino que extiendo mi mano para estrechar la suya, el me mira desconcertado pero la termina estrechando. Cuando ya solo quedamos Prim, Rue, mi madre y yo en la casa siento que puedo respirar de nuevo.

Del odio al amor solo hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora