Durante las primeras semanas todo fue casi como miel sobre hojuelas para Harry y Severus. Cada tarde se reunían unos momentos a conversar en el despacho de Snape o pasear por los terrenos de Hogwart. Aunque en las cátedras de pociones el docente era igual de implacable con todos sus alumnos, aunque trataba de no castigar tanto a los estudiantes, por su parte, Harry se esmeraba por rendir satisfactoriamente en la asignatura.
Para los estudiantes no pasó inadvertido el trato del profesor de pociones para con el joven de oro. Muchos se preguntaban cuáles eran los motivos para que dos personas que se habían detestado por tantos años, ahora conversaran tan "amigablemente". Draco Malfoy, como el resto, se hacía la misma pregunta, situación que generó envidia y celos en su mimado corazón. Mal que mal desde niño experimentó sentimientos hacia su padrino. En algún momento se ilusionó con tener algún tipo de relación con el pocionista, cuando este le rechazó se prometió conquistar el corazón del hombre, a cualquier precio, sin embargo, las circunstancias de la vida lo distanciaron de su cometido. Ahora veía a San Potter junto a Severus, compartir caminatas en el tiempo libre, y había descubierto que el profesor le sonreía al Gryffindor cuando creía que nadie los observaba.
Justamente aquel descubrimiento lo llevó a la mazmorra del hombre, donde tenía sus aposentos.
- ¡Draco! – dijo sorprendido al verlo ante su puerta después de meses sin saber de él, pensando que lo odiaba por estar del lado de la Luz.
- ¿Puedo pasar? – preguntó el rubio con su natural arrogancia pero sintiéndose muy nervioso.
- ¡Por supuesto! – si bien su voz sonaba grave y severa, le tenía aprecio al chico y le alegraba que quisiera hablar con él, mal que mal era su ahijado. El muchacho avanzó en la habitación.
- ¿Qué es ese olor? – un suave aroma a sándalo flotaba en el aire.
- Incienso – respondió – estuve preparando una poción cuyo aroma no era muy agradable – le explicó.
- Ah – el muchacho se acomodó en el amplio sofá y observó a Severus.
- ¿Qué necesitas, Draco? – le preguntó con curiosidad.
- Pues necesito saber algo... - hizo una pausa y miró al moreno a los negros ojos - ¿Qué tienes con Potter, Severus? – el hombre se sorprendió pero le miró como si le extrañase la pregunta – sigues siendo el profesor más temido y odiado de Hogwarts y sus alrededores – Snape levantó una ceja – pero ya no le quitas puntos ni castigas a Potter, es más en clases les he visto cambiar algunas palabras de las cuales nadie alcanza a oír, en más de alguna ocasión los he visto pasear por los terrenos y lo que más me sorprende es que te he visto sonreírle, ¿Qué tienes con Potter? – expuso el rubio y se quedó esperando la respuesta.
- Noto algo de reproche en tus observaciones – le respondió con serenidad aunque evadiendo la pregunta.
- Respóndeme – le exigió el Slytherin.
- Debo reconocer que mi trato hacia Potter es distinto, pero no podía pretender detestarlo cuando me siento infinitamente agradecido por salvar mi vida y el hecho de poder seguir enseñando pociones en Hogwarts – fue la respuesta del profesor, el cual se había paseado calmadamente por la estancia.
- ¿Tan agradecido te sientes que hasta le sonríes? – Draco no podía entender aquello.
- Bueno... eso se debe a que me cuidó y tuvimos tiempo suficiente como para conocernos – le respondió sin ocultar la sonrisa que se dibujó en sus labios al pensar en Harry.
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Amor Puro
FanficCorresponde a la continuación de "La tristeza de Snape". Severus Snape ha sido mordido por la serpiente de Voldemort, a pesar de todas las cosas que han sucedido, Harry logra salvar la vida del sombrío profesor. Un final trae un nuevo principio. ¿Có...