Harry habÃa recuperado sus recuerdos, y la sonrisa que delataba la felicidad de amar y de ser correspondido. Los exámenes finales, los últimos de aquellos largos e intensos años, se aproximaban con una velocidad abismante, lo cual estaba poniendo nervioso al moreno joven que vivió, especialmente porque no sabÃa qué pasarÃa con su relación con Snape. SabÃa que debÃa pensar en el futuro, dedicarse a algo pero principalmente que el hombre que amaba estuviera a su lado en la decisión que tomará.
Una semana antes de los exámenes, Severus le citó en su despacho, cosa bastante habitual para él. Amaba aquellos momentos, Snape sin duda era detallista en todos los aspectos de su vida y jamás imaginó el Griffindor que aquello le podrÃa deparar más de alguna sorpresa.
- Pasa, Potter – dijo el pocionista al verlo ante su puerta, usando el semblante más frÃo y duro que tenÃa. Harry se puso nervioso.
- Si profesor – contestó y entró, con el corazón latiendo a mil por hora, y es que hace mucho tiempo que el mago mayor habÃa dejado de tratarlo de ese modo, incluso en público.
- ¿Tiene alguna idea de por qué lo cité? – preguntó con su ronca voz.
- Nn... no, señor – contestó Harry temeroso de que su Severus lo hubiese olvidado por segunda vez.
- Está en detención, señor Potter – se paró frente a él y en su semblante no era posible ver emoción alguna.
- Puedo saber por qué, profesor – dijo suavemente, algo triste.
- ¿Ha olvidado el motivo? – Harry afirmó con la cabeza, triste y temeroso - ¡que lamentable! – sonrió de medio lado, las cosas estaban resultando mejor de lo que esperaba.
- Me lo va a decir, profesor, ¿Por qué estoy en detención? – preguntó algo curioso, pero confundido con todo aquello.
- Por su olvido está castigado, Potter – le respondió.
- ¿Olvido? – su confusión aumentó - ¿Qué cosa he olvidado?
- Mientras no lo recuerde o complete su castigo, no se lo diré – el maestro sacó su varita, recitó unos encantamientos con los cuales selló la habitación y lo silenció para que nadie escuchase lo que allà ocurrÃa u ocurrirÃa.
- DÃgame que debo hacer – Harry miró los negros ojos y notó un brillo especial.
- ¿Ha estudiado para sus EXTASIS?
- SÃ, señor
- Lea los ingredientes y dÃgame a qué poción corresponden – tomó un pergamino de su escritorio y se lo entregó. Harry leyó.
- Verita serum – habÃa sido sencillo.
- ¿y está? – le alargó otro pergamino.
- Es para multijugos – respondió sin vacilar, el hombre le alargó otro – Olvido Eterno, señor – por un momento aquella poción le recordó el tiempo que llevaban juntos, antes de poder decir algo, el hombre le pasó otro pergamino. Harry leyó pero no recordaba haberla estudiado.
- ¿Y bien? – Severus se acercó – veo que no lo sabe... entonces la preparará y la beberá – dijo el hombre – tal vez si experimenta los efectos recuerde cual es la poción – agregó disfrutando de la expresión de asombro del chico.
- Pero, señor... - el muchacho a diferencia del mayor sentÃa temor.
- ¿Si, Potter? – Harry deseaba que aquello fuera una pesadilla, querÃa despertar.
- Severus – le nombró suplicante.
- No le he dado permiso para que me llame por mi nombre, Potter – dijo molesto.

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Amor Puro
FanfictionCorresponde a la continuación de "La tristeza de Snape". Severus Snape ha sido mordido por la serpiente de Voldemort, a pesar de todas las cosas que han sucedido, Harry logra salvar la vida del sombrío profesor. Un final trae un nuevo principio. ¿Có...