Pequeños problemas

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El resto del equipo apenas salía de las duchas cuando el ya estaba arreglando los últimos detalles dentro de su casillero para poder irse. Todos sabían del gusto del pelinegro por hacer las cosas en privado y "libre de gérmenes ajenos" según sus palabras. 

Antes de poder tomar su bolso cierto colocado rubio se acercó y le bloqueó el paso con su brazo.

-¿Ya te vas omi-omi? Creí que saldríamos a celebrar. -le dijo con esa sonrisa coqueta que el otro tanto odiaba.

- ¿Y tener que acompañarlos a sus casas cuando no puedan ni parase de nuevo? No gracias, quítate.

-¡Solo fueron dos veces! - Le reclamó el libero al escuchar sus acusaciones.

-Rompes mi corazón omi-omi- le dijo invadiendo más su espacio para molestarlo. 

No tuvo que repetirle que se quitara pues los ojos de su compañero ya se había fijado en otro lugar.

-¡Shoyo-kun! - le dijo miembro más reciente de los bj mientras lo rodeaba con un brazo y revolvía su cabello húmedo con el otro. 

A veces Sakusa no entendía como el más nuevo de los chacales permitía que todos le tocaran como si nada; siempre había alguien agarrando sus mejillas, revolviendo su pelo e incluso bokuto llegaba a cargarlo. Le dio un escalofrío el solo pensar cuantos gérmenes tendría el chico encima.

Aprovecho la distracción para salir del lugar y dirigirse a casa.

No le molestaban sus compañeros. De hecho, (y aunque nunca lo admitiría en voz alta), le agradaban bastante, por eso aceptaba a algunas de sus tonterías. El problema era que todos eran como pequeños huracanes y a veces necesitaba un descanso de toda esa energía y ruido. Le gustaba estar solo y la tranquilidad que solo encontraba con el mismo, los demás no solían entenderlo ni a su forma de hacer las cosas.

El tren que lo llevaría a casa acababa de partir por lo que tuvo que esperar al siguiente, por suerte no había mucha gente. Por esa época del año ya empezaba a ser frío a esas horas, busco su chaqueta en su bolso hasta que se dio cuenta que no la llevaba, en medio de su escape la había olvidado. Maldijo a atsumu y a sí mismo, ahora de seguro se enfermaría o le daría una contractura.

Y mientras pensaba en todas las fatalidades que le ocurrían por no llevar una chaqueta escuchó una voz conocida detrás de él.

-Si quieres puedes usarla - le dijo extendiendo una sudadera.

Por lo general no usaría ropa de alguien más, pero se veía limpia y tenía no quería que todos los escenarios en su cabeza se hicieran realidad además, no podía decirle que no a él.

-Gracias Hinata.


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Se dieron cuenta una semana después de que Hinata se uniera oficialmente a los Bj, después de un entrenamiento el pelinegro creyó que era extraño encontrarse a su nuevo compañero en la misma línea del tren y que hubieran bajado en la misma estación y lo consideró sospechoso cuando vio que una mandarina con patas iba por las mismas calles que el.

Hold Me Close (Sakuhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora