✠ Cap 6 ✠

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Capítulo 6

Obviamente Mew recibió una reprimenda por parte de su padre por hablarle de esa manera al pequeño Gulf. Nada grave, pero dejaba entrever la absoluta autoridad de Ionel Jongcheveevat sobre su hijo. Suppasit lo único que hizo fue permanecer en absoluto silencio nuevamente hasta la hora de la cena, que se sirvió dos horas después de la llegada de Kanawut y Perawat.

Velkan los condujo a un excesivamente lujoso y exageradamente grande comedor de madera. Aunque todo lo que se podía apreciar en aquella habitación era madera y madera y madera y... madera. Doce eran los asientos disponibles en aquel comedor para poder ocupar, ellos solo eran cuatro. Obviamente en la cabecera se ubicó el señor Ionel, a su derecha Mew y a la izquierda Gulf con Krist a lado suyo.

- He pedido a Velkan que prepare berenjenas con gambas y jamón, espero que sean de su agrado – comentó Ionel.

- Me encantan los mariscos – dijo Gulf.

- El platillo está muy rico señor Jongcheveevat – fue lo que dijo Krist.

Mew permaneció callado durante toda la cena. Los que mantuvieron una conversación bastante animada fueron su padre y Gulf. Desde el primer momento ellos se habían llevado bien. Ionel trataba al joven enfermo como un hijo, se le veía fascinado con la idea de que Gulf formara parte de la familia y portara el apellido Jongcheveevat.

Sabía a la perfección que Ionel no aceptaba transformar a cualquier mortal en uno de los suyos. Era meticulosamente estricto en la selección de los humanos que se unirían a su clan, debían contar con ciertas características que los hicieran dignos de portar tan distinguido apellido de abolengo.

Ese tal Kanawut debía tener algo especial, que ciertamente él no veía, como para que su padre hubiese aceptado a la petición del joven instantáneamente. Vale, reconocía que era bello, aunque no poseedor de una extraordinaria belleza pero se defendía muy bien. Quizás el hecho de que estuviera enfermo le restaba atractivo, ojeras, delgadez extrema y piel poco cuidada eran los puntos negativos que tenía que resaltar en la apariencia del chico.

No se dio cuenta que lo observaba detenidamente hasta que Gulf le devolvió la mirada. Ónix y ámbar se encontraron. En ese instante todo alrededor desapareció entre ellos, justo como había pasado la primera vez que ambos se miraron a los ojos. Era extraño que eso pasara con tan solo devolverse la mirada. Eran tan diferentes pero tan complementarios que, si bien ahora lo ignoraran, los próximos días tendrían que descubrir que tan afines eran en realidad.

- ¿El vino es de su agrado? – preguntó Ionel.

- No sé mucho de vinos, pero sabe muy bien – reconoció Gulf.

- Es Bodegas de Marqués de Murrieta Rioja Castillo Ygay gran reserva especial – respondió el padre de Mew – añada dos mil diez –

- Le repito Ionel que nada se de vinos, pero me gusta mucho el sabor de éste – el antiguo vampiro soltó una carcajada y colocó su mano sobre el hombro del chico que sería el nuevo miembro de su clan.

- Mew podrá enseñarte sobre eso y más – le dijo – no tienes idea de la cantidad de cosas que él sabe –

- Me imagino que al tener tantos años viviendo debe saber un montón de cosas – expresó Gulf dirigiéndose al hijo de Ionel.

- No lo llamaría vivir exactamente – fue la respuesta de éste.

- Bueno, lo que quiero decir es que su larga existencia le ha permitido estar en diferentes épocas y conocer la historia mejor que nadie – aclaró Gulf – dígame ¿Es verdad todo lo que dicen los libros de historia? – preguntó con semblante sonriente.

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