El azul del cielo con su toque gris, me recuerda a ese sábado de abril, que nunca tuvimos, que nunca llego, pero que con ansias esperaba yo.
No vi venir tu golpe fatídico, que a mi corazón arruinado dejo, y sin embargo me mantuve firme, sin dejarme llevar por el dolor.
Aun sigo observando ese cielo, que me recuerda tu infame amor. Aun sigo mirando mi espejo, demacrado de tanto dolor.