TÚ SIEMPRE - [J. Jaehyun]

-11-

Años atrás.

No recuerdo el momento en que me vestí.

Tampoco recuerdo el como llegamos al hospital.

La verdad solo recordaba el momento de leer el mensaje de mi mejor amiga.

Kim Heejin me tenía abrazada fuertemente mientras las lágrimas no cesaban. 

Mis padres habían fallecido en un accidente automovilístico. Fue instantáneo, mientras Jaemin, mi hermano menor, estaba en estado crítico.

Jaehyun estaba a mi lado, mi mano aferrada a una de las suyas.

Me separo de la chica quien peina mi cabello quitándolo de mi cara y Jae se acerca de inmediato por detrás en el momento en el que trastabillo como si me fuera a desmayar.

Sus brazos a mi alrededor me sostienen fuerte y echo mi cabeza hacia atrás para apoyarla en su pecho. El chico no me suelta ni se aleja y yo me siento un poquito menos mal anímicamente al tenerlo junto a mi.

Las horas pasan y cada cierto tiempo mis lagrimas vuelven a brotar. He comido poco por lo que me siento jodidamente débil provocando que el chico que es mi pareja me lleve hacia la cafetería del lugar.

-Tienes que comer Nana, si Jaemin despierta necesita verte bien- dice y esa es la única razón por la que como a lo menos la mitad del paquete de galletas de chocolate que el chico ha comprado para mi.

Unos treinta minutos después nos encontramos corriendo por el piso de cuidados intensivos.

Jaemin había despertado.

Observo a la lejanía a Heejin junto a un hombre de bata blanca asumiendo que debe ser el doctor y él me observa aún cuando me quedan unos metros que recorrer.

-Tranquila Señorita Na, respire por favor- dice el hombre y yo me doblo para colocar mis manos en las rodillas y poder respirar profundo.

-¿Estás bien?- pregunta Jaehyun arrodillándose frente a mi y yo asiento, lleva una mano a mi mejilla y la acaricia.

Vuelvo a pararme correctamente y comienzo a escuchar al medico quien habla en terminología difícil de digerir pero la ultima parte es sin duda la que mas relevancia tiene:

No hay ningún daño grave hasta ahora.

-¿Puedo entrarlo a ver?- pregunto estando casi segura de una negativa.

-Si puedes, solo que él aún no sabe lo de tus padres por lo que es mejor que por ahora no lo menciones, y si te pregunta es mejor que lo evadas.

-Está bien- respondo después de suspirar profundo.

No sé si podré aguantar las lagrimas.

El doctor me guía por las mamparas y salas de urgencia, observo más gente llorando, otros sonriendo complacidos y el peso en mi estómago no desaparece hasta que la puerta de la habitación de mi hermano es abierta y lo veo. Sus ojitos fijos en mi dirección por lo que al verme observo como estos se llenan de lagrimas y su labio inferior tiembla.

-Nana- dice y mi corazón obtiene una nueva fisura.

-Jaemin- digo y me acerco rápidamente a él, sentándome a su lado y tomando su mano.

-Tenía tanto miedo, Nana- dice el menor y yo no puedo aguantar las lagrimas que recorren mis mejillas.

-Todo va a estar bien pequeño, por favor descansa y relájate.