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No supe en qué momento me quedé dormida.

Pero cuando desperté esperaba el olor de Kim Namjoon en mis fosas nasales, y al llegarme uno totalmente diferente, -y conocido-, supe que no lo había soñado.

El brazo tatuado de Jaehyun me indicaba que era él y yo no supe que sentir.

Miré las ventanas y la oscuridad aún no caía en su totalidad en la ciudad, y aunque por un segundo pensé en volver a cerrar los ojos, unos lindos hoyuelos y unos ojos que me miraban llenos de amor, llegaron a mi mente haciéndome reaccionar.

¿Estaba feliz?, ¿Triste?

No, estaba tranquila.

Por primera vez lo que significaba Jeong, mi corazón no lo sintió vacío, no sintió dolor ni falta.

Sintió calor.

Y no era porque estaba tras de mi, era porque finalmente habíamos aclarado todo.

Su huida no era mi culpa, y eso le quitó un peso a todo esto.

Le quito un peso a su nombre en mis labios.

Me giré pues quería observarle. No sabía que pasaría con él desde ahora, pero tampoco quería saberlo, no quise saber si se quedaría en Seúl, o si se iría a cualquier parte con su amor.

Estaba completamente dormido. Sus labios hacían un pequeño puchero y eso fue tan contradictorio a todo lo demás. A su porte, sus tatuajes y a lo rudo que lograba verse para quienes no le conocían.

Me levanté de su lado de manera suave. No quería despertarle, porque no sabía si sería tan valiente con él despierto. Se removió buscando algo pero cuando pensé que abriría los ojos simplemente se giró, dándome la espalda.

Comencé a vestirme y mis pensamientos comenzaron a ponerse en mi contra.

¿Este era el adiós? me preguntó mi corazón mientras terminaba de vestirme.

Si, lo era -me respondí en un susurro deteniéndome unos segundos a observarle-, el vacío había desaparecido y solo quedaban rastros de aquella linda relación y persona, un calor gratificante de que todo esto había terminado.

Terminé de vestirme rápidamente, ya me encontraba en la puerta de su departamento,lista para partir sin mirar atrás, estaba segura que mi huida había tenido éxito, pero sin sentirlo el chico tomó mi brazo y me giró.

Me sobresalté, no quería mirarle a los ojos, tenía jodido miedo de que todo lo que tenía tan claro cambiara en el momento en que sus ojos se cruzaran con los míos.

Sus manos se colocaron en mi cuello y levantó mi cabeza, sus ojos destruyeron todas mis barreras, porque en él veía lo mismo que mis sentimientos habían preguntado:

¿De verdad este era nuestro adiós? Una pregunta muda que no fui valiente de responder en voz alta.

Pensé que me besaría como mas temprano lo había hecho, pero anterior a aquello, el chico me abrazó fuerte, sus brazos se afianzaron a mi cuello y los míos pasaron por su cintura.

De alguna manera, fue como queriendo recordar la manera en la que nos sentíamos pegados el uno al otro una ultima vez.

Este era el jodido adiós que nos deberíamos haber dado hace seis años.

Nos separamos con una sonrisa en el rostro cada uno y antes de alejarme puso sus manos en mi mejilla y dejo un ultimo beso, pero no en mis labios, fue en mi frente.

Dándole finalmente un punto final a nuestro lazo romántico.

-Que tengas una feliz vida Na Yang Mi- dijo con sus labios aún en mi piel, cerré los ojos absorbiendo su perfume.

TÚ SIEMPRE - [J. Jaehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora