TÚ SIEMPRE - [J. Jaehyun]

-10-

Sonreíamos mientras nuestras botellas de soju bajaban.

Ambos teníamos bastante tolerancia al alcohol, aún así, en este momento, no tenía jodida idea de que número de botella era esta.

-¡¿Pero en qué pensaste cuando hiciste eso?!- le preguntaba en medio de una carcajada por aquella vez que el director de nuestro colegio le encontró llenando de pétalos de rosas mi casillero.

-¡Era San Valentín!, nuestro primer San Valentín y estabas jodidamente emocionada por ello. Simplemente corrí el riesgo- dijo en una sonrisa y yo negué de igual manera recordando aquellos momentos -Además habías hablado de ello, que te gustaría una sorpresa y que se yo, solo pensé en verte sonreí.

-Éramos unos niños que no sabíamos de nada- dije y él asintió de acuerdo.

-Estoy de acuerdo, pero eso no rebaja nuestros sentimientos- respondió y yo le observe.

Tomé otro trago de soju y el nudo en mi garganta había vuelto a aparecer.

-¿Por qué te fuiste, Jaehyun?- dije sin siquiera pensarlo y bajé mi cabeza a mis pies en solo un par de calcetas negras.

-Porque te amaba, y no quería hacerte daño, ya te expliqué las demás razones- dijo y yo reí amargo.

-¿Porque me amabas?- le observe y él se había sentado recto en el mueble, quedando de lado a mi, pudiendo yo solo observar su perfil -Creí que amabas mejor- dije ácida y él giro su cabeza para observarme.

-Sé que no hice las cosas bien, sé jodidamente que podría hacer sido más gentil, pero no hubiera sido capas de dejarte y decírtelo.

Me levanté del asiento donde estaba indicándole que iba al sanitario.

Me encerré allí antes de siquiera él responder.

Me observé en el espejo y quise reprender a aquella luminosidad que veía, porque si, estaba afectada de tener a Jeong frente a mi, pero también había recuperado aquel brillo del que todos hablaban cuando me veían junto a él.

Me senté en la tapa del inodoro y observé mi celular el cual tenía un mensaje de Namjoon respondiendo que no había problema, y que si necesitaba que fuera a por mi le avisara.

Me dolió el corazón.

No respondí. No fui capaz de decir nada.

Me levanté de mi asiento y abrí la llave del grifo para mojar un poco mi cara. Observé y me sentí ajena para usar una toalla para secarme por lo que saqué un poco de papel higiénico y lo hice.

Debía salir del baño.

Ya llevaba demasiado tiempo.

Tomé el pomo de la puerta, pero me detuvo unos acordes.

Mierda.

Antes de las seis de Shakira comenzó a sonar en todo el piso.

Mierda otra vez.

A pesar de no conocer muy a fondo el idioma, esa canción sabía su traducción literal pues ha sido mi ancla en los días significativos.

Y ahora le tenía a él colocándola.

Y tantos lunares

Que ni yo misma conocía

Te mostré mi fuerza bruta

Mi talón de Aquiles, mi poesía...