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Sus brazos a mi alrededor era un calor gratificante, aunque, a pesar de los tres años que llevábamos juntos, todavía no me acostumbraba a despertar con él junto a mi.

¿Me gustaba? Si, claro que lo hacía, pero mi mente amaba jugar conmigo, con mis recuerdos y con las sensaciones tan similares.

A primera vista no sé parecían en nada, y es que aquello era adrede. Después de él siempre busqué personas totalmente diferentes, otro tono de piel, otra contextura, otra sonrisa, pero esta vez había fallado, había caído en mi tipo ideal, porque en toda circunstancia, Kim Nam Joon era mi hombre ideal con un tono de piel mas oscuro que mi prototipo pero tan agradable a la vista en el conjunto, que fácilmente se podría considerar como todo lo que buscaba. Cada momento que pasábamos era mejor que el anterior, las conversaciones tan naturales que teníamos eran de los momentos favoritos que compartíamos, y la intimidad que teníamos muchas veces sin siquiera sacarnos la ropa me hacía querer quedarme a su lado, aunque no podía evitar ver las similitudes entre él y Jae y mas de alguna vez terminar pensando en este último.

-Ya estás pensando demasiado Yang Mi- habló Kim, su tono de voz un poco más grave por venir recién despertando acarició mi canal auditivo, sus brazos se ajustaron a mi cintura y yo me sentí bien.

Me giré para encararle, su cara algo hinchada por el dormir. Se encontraba sin polera, su pecho siendo el mejor lugar para acurrucarme logrando hacerme olvidar aquellos recuerdos y sueños tan reales en mi mente.

-No dormí bien- hablé con mi voz siendo amortiguada por su pecho, tocando con mi nariz sus pectorales.

-Si lo sé, estuviste inquieta toda la noche- me dijo y yo me apegué más a él, sus brazos abrazándome mas aun, comprendiendo de inmediato que lo único que quería era contacto físico.

Joon sabía como ayudarme a sentir una vez más en la realidad.

Unos minutos después la alarma sonó indicando las 7 A.M.

Ah, tenía que levantarme si no quería llegar tarde.

Me removí para apagar el dichoso sonido molesto, y cuando esta ya estaba en silencio Namjoon volvió a apresarme en sus brazos y a llenar mi cara de besos.

Reí como tal chiquilla de 15 años, y aunque quería enfocarme en ese precioso momento mi mente me jugo una mala pasada haciéndome viajar sin permiso de mi lado racional.

Segundos después, cuando volví a tierra y seguí sonriendo por las cosquillas que causaban los besos de Nam en mis mejillas, me acerqué a darle un perezoso beso para finalmente levantarme.

-¿A qué hora tienes clases hoy?- pregunté mientras entraba a la ducha, el chico entró al baño para lavar sus dientes y posterior a escupir la pasta respondió:

-A las 12, pero llego tarde hoy, tengo reunión de docentes.

Puse un puchero a pesar que sabía que no me vería, no me gustaba estar sola cuando anochecía. Salí de la ducha con el mismo mohín en mi cara y como si no me conociera lo bien que lo hacía, me lo demostraba una ves mas esperando para darme un beso. El roce era lento, sensual pero cargado de emociones, besar a Joon era de las cosas que mas me gustaba.

-Te recompensare- hablo en un susurro cuando se separó de mis labios provocando que mi piel se pusiera chinita por su voz y sus palabras.

-Eso espero- dije en el mismo volumen de voz, el chico me sonrió y dejó un beso en la punta de mi nariz para entrar en la ducha.

Salí del baño para abrir mi clóset y buscar algo semi formal para tomar rumbo hacia mi trabajo. Después de mucho pensarlo tomé un pantalón blanco, una blusa ancha color negro con un cinturón y los botines de tacón del mismo tono.

TÚ SIEMPRE - [J. Jaehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora