Through the Valley

Capítulo 4

Presente
Septiembre, 2026

Louis llegó a los establos de la puerta norte tremendamente cansado. Había dormido mal —para variar un poco— aunque esta vez se lo achacaba al hecho de no saber qué esperar de la patrulla que le quedaba por delante.

—Ahí tienes a tu compi. —Niall le dio un codazo sutil mientras caminaban entre las cuadras, instándole a mirar hacia la puerta de los establos que daba a los boxes exteriores.

Allí estaba Harry, junto a la mesa de armas, hablando con uno de los cuidadores que sujetaba las riendas de Alabama; tenía la mochila colgada de un hombro y un rifle en el otro, y su pelo volvía a estar medio recogido en su moño habitual, con los mechones de su nuca barriéndole los hombros.

Louis exhaló por la nariz, fingiendo no echarle demasiadas cuentas, y se dedicó a buscar a Shadow con la mirada. No tardó mucho en ubicarlo; estaba en uno de los boxes exteriores, donde un cuidador terminaba de ponerle las riendas, justo al lado de un poste al que el caballo de Niall estaba atado, esperando con apariencia aburrida a que alguien le liberara.

—Hola, Brandy. —Louis acarició el cuello del animal al pasar por su lado. Lo dejó con Niall y se acercó al suyo, que dio un coletazo alegre en cuanto lo olisqueó. El cuidador le tendió las riendas—. Gracias.

Echó un vistazo de reojo a la mesa de armas, pero Harry ya no estaba allí. Lo encontró junto al muro, hablando con Bruno y un par de chicas de otra patrulla. Vio de vital importancia apartar la mirada cuando le vio subirse a lomos de Alabama, y con cierta urgencia se dirigió a la mesa para recoger sus armas; Shadow le siguió el paso.

Rescató su revólver y un rifle que se echó al hombro antes de ser interceptado por Bruno.

—Louis. —El hombre le dedicó una sonrisa con cierta lástima—. ¿Cómo estás?

—Bien —dijo, acomodándose el rifle. Bruno pareció dudarlo.

—Si en cualquier momento de la patrulla necesitas volver...

—Estoy bien. De verdad.

—Vale —Bruno meció la cabeza—. Me alegro.

Louis apretó sus labios en un intento de sonrisa, y siguió a Bruno cuando él le hizo un gesto. Se reunió con las demás parejas frente a la puerta, donde Niall y su compañera Andrea le dedicaron una mirada de ánimo, y tras fingir escuchar la charla habitual que Bruno daba antes de cada patrulla —ojos abiertos, seguir la ruta, dar media vuelta si encontraban algo que no pudieran manejar— los vigilantes del muro comenzaron a trabajar para abrir las puertas de la ciudad.

Louis subió a su caballo, y echó un vistazo indeciso hacia la espalda de Harry, que estaba un par de pasos más adelante. Se lamió los labios antes de presionar suavemente los costados de Shadow, haciéndole avanzar hasta él.

—Hola —le dijo, frenando al llegar a su lado. Harry le miró, apretando una especie de sonrisa entre sus labios.

En ese momento, las puertas se abrieron por completo, y cuando Bruno dio el visto bueno con un movimiento de cabeza, los seis caballos se lanzaron al galope a través de ella.

Las patrullas se dispersaron rápido. Louis se limitó a seguir a Harry, que deceleró un poco el ritmo al abandonar el terreno deforestado y adentrarse en el bosque. Lo sintió echarle una mirada por encima de su hombro, quizás para comprobar si seguía detrás, y Louis —que acababa de decidir que la cola trenzada de Alabama balanceándose al trote era el mejor punto al que mirar— tardó un segundo en levantar la vista.

Ninguno dijo nada, así que Harry volvió la mirada al frente, mientras que la de Louis se quedaba en su espalda. Carraspeó. Necesitaba encontrar algo de lo que hablar con él. Incluso si el silencio no llegaba a ser incómodo, las patrullas eran largas, y a él no le convencía la idea de tener que entretenerse escuchando sus propios pensamientos —o contemplando el movimiento continuo de las caderas de Harry—.