Capítulo 13

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Noviembre, 2026

Bruno se llevó las manos a la cabeza tal como les vio cruzar los muros de la ciudad, una hora más tarde de lo que debían, con el sol a punto de teñir el cielo de naranja, y con sangre en la ropa de ambos.

Los reclutas que esperaban sobre sus caballos, aún armados y preparados para salir en su búsqueda, desmontaron veloces para ayudar a Harry cuando vieron que intentaba hacer lo mismo, sujetándose el costado mientras pasaba una pierna sobre la montura con dificultad.

Louis bajó de su propio caballo y se acercó a la escena con indecisión, pero no le dio tiempo a tender una sola mano o mediar una simple palabra; Bruno se plantó frente a Harry en cuanto éste puso un pie en el suelo.

—¿Qué ha pasado ahora? —El chico no tardó en estirar la mano para ofrecerse a sujetar su mochila; le ayudó a quitársela y se la colgó al hombro.

—Me he caído —contestó Harry desinteresado, a la par que le entregaba sus armas a uno de los reclutas y dejaba que el otro se ocupara de Alabama. Echó un vistazo a su alrededor—. ¿Dónde está Anty?

Bruno señaló hacia un lado. El hombre se acercaba a paso ligero entre el lío de cuidadores y veterinarios que poblaba los alrededores de los establos.

—¿Dónde voy a estar...? ¡Dónde estén los disgustos, para variar! —Anty le apuntó con un dedo nada más llegó frente a él—. ¿Qué te ha-? Da igual. Te quiero ahora mismo en la enfermería.

Louis dio un paso indeciso al frente, separando los labios. Harry dio otro hacia Anty y le hizo cerrarlos de nuevo.

—Necesito hablar contigo.

El hombre alzó una ceja.

—¿Es urgente?

—Sí.

—Pues me lo cuentas de camino a la enfermería.

Harry suspiró, pero siguió a Anty sin poner pegas. Ambos echaron a andar hacia el interior de los establos sin mirar una sola vez hacia atrás.

Louis no supo explicarse la  sensación extraña que se le encajó en el pecho.

· · ·

Quiere otro compañero.

Esa fue la conclusión que sacó durante el camino de vuelta a casa. La frase que estuvo repitiéndose en su cabeza una vez se encerró en su habitación y se tiró sobre la cama.

No sabía decirse a sí mismo qué habían hecho mal esta vez, pero sabía que algo no estaba bien. Algo era distinto. Peor que los gritos entre ellos; peor que la indiferencia. Habían retrocedido los pocos pasos que habían dado, y Harry ya no iba a quererlo en sus rutas. Estaba convencido.

Justo cuando alcanzó el libro en su mesita de noche, en busca de frenar el bucle de pensamientos en el que se había encerrado, alguien tocó a su puerta.

—Anty está aquí. —Issam se asomó por la rendija de la puerta una vez le dio permiso para abrirla—. Quiere hablar contigo.

Tragó saliva, dejando el libro donde estaba y levantándose de la cama.

Quizás es lo mejor, se dijo a sí mismo, mientras bajaba lentamente la escalera hacia el recibidor. Era evidente que no sabían tratarse, y quizás Harry siempre había tenido la razón. No encajaban. Ni como amigos, ni como equipo.

Aun así, contuvo la respiración con nerviosismo cuando llegó frente a Anty, que esperaba frente a la puerta de entrada con las manos a cada lado de sus caderas y una expresión que, aunque no logró descifrar, no parecía que fuera la de alguien que traía buenas noticias. El hombre se aclaró la garganta.

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⏰ Última actualización: Jul 06 ⏰

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