Capitulo 8

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Presente
Octubre, 2026

En la primera patrulla del mes, cumplió su promesa y le llevó el libro a Harry. A raíz de ahí, comenzaron a hablar sobre algunos de sus favoritos, lo que les llevó a descubrir que tenían un par en común. La conversación que les surgió les duró toda la mañana y, a diferencia de otras veces, no le pareció que Harry estuviera haciendo un esfuerzo consciente por mantenerla.

Por supuesto, sabía que aquello no significaba un avance entre ellos. No uno real, al menos. Lo único que había cambiado era que habían encontrado un gusto en común del que hablar; un tema sencillo y seguro con el que matar el tiempo que ninguno había elegido pasar juntos.

Aún estaban a años luz de ser amigos, y aún estaba convencido de que nunca iban a serlo, pero debía decir que era un alivio saber que Harry podía llegar a estar cómodo en su presencia.





A finales de octubre, justo cuando estaba saliendo de la biblioteca de la ciudad con un libro que definitivamente no había elegido porque alguien lo hubiera mencionado en algún momento, se cruzó con Niall y Shane en la calle principal. Éste último le interceptó al instante:

—¡Louis! ¿Vienes al aula?

Louis frunció el ceño.

—¿Para qué?

—Los niños están haciendo decoraciones para Halloween y los profes lo han nombrado día de puertas abiertas —dijo Niall—. Vamos a ir a ayudar.

Exhaló una risilla, haciendo una mueca. Lo cierto era que no le apetecía rodearse de niños; mucho menos si esos niños en cuestión tenían pegamento y pinturas a mano.

—Las manualidades no son mi fuerte —dijo, saliendo del paso—. Pero ya las veré en la cantina, supongo.

—¿En la cena, o en la fiesta? —Niall alzó una ceja.

Él ladeó la cabeza. La verdad era que no lo había pensado. De hecho, ni siquiera había caído en ello hasta ahora. Sus hombros se hundieron, poco convencido.

—No lo sé —admitió, agitando el libro en su mano—. Depende de lo bueno que sea.

—Si es bueno no te va a durar hasta Halloween. Quedan cuatro días.

—Oh. —Parpadeó. No había estado muy atento al calendario últimamente—... Bueno– No lo sé. Ya veré.





Por mucho que estuvo intentándolo, no logró pasar del segundo capítulo.

A esas alturas, había llegado a la conclusión de que la culpa no la tenían los libros. Era el tercero que le parecía interesante y que aun así terminaba cerrando. Simplemente no podía; las palabras perdían sentido tal como las leía, se mezclaban entre ellas y hacían ruido en su cabeza.

Le gustaba leer, y estaba empezando a echarlo de menos; pero últimamente se le hacía mucho más fácil y reconfortante ponerse frente a cualquier película que hubiera visto las veces suficientes como para que pensar no fuera necesario.

Eso fue lo que hizo la noche de Halloween. Niall y Zayn se habían marchado a la hora de cenar y no habían vuelto desde entonces; él, había comido unas verduras asadas con Issam y se había enrollado en una manta tras colocar la cinta de su comedia adolescente favorita.

A mitad de la película, Issam apareció por el salón casi sin hacer ruido y, en un pobre intento por parecer desinteresado, se colocó estratégicamente tras el sofá; de pie y con los brazos cruzados. No se movió en un buen rato, y en algún punto, Louis decidió echarle una mirada sobre el respaldar. Estaba serio, completamente volcado en lo que ocurría en la pantalla.

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