Shot 3

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POV Kou Mukami 100%

Cuando tuve que besarlos a todos, pensé que sería una tortura ir de boca en boca como si fuese una boquilla de aereosol usada, pero al fin no fue tan malo.
Primero fui a besar a Ruki. Estaba temblando, pero él me tomó de la cintura y me susurró al oído un "Tranquilo, sólo déjate llevar. No pasará de esta noche" que me quitó un gran peso de encima saber que él también era consiente de mis acciones. Mis manos envolvieron su nuca y con lentitud me aproximé a sus labios, fundiéndolos con fluidez al sentir su reciprocidad y su agarre más fuerte en mi cintura. Cuando me dejé llevar, fue realmente encantador. Los chicos nos estaban echando bulla y otros nos decían cosas como "Muérdele" o "Domínalo, Ruki". Cuando nos separamos, nos quedamos viéndonos fijamente como si afirmáramos la misma frase: "Besas bastante bien, niisan".
Luego, decidí ir a por Yuma, el cual estaba sonrojado mientras más me acercaba, pues estaba yendo a gatas. Ya me había relajado y pensaba ir con todo.

-Q-Que conste de que es un reto y de que nada de esto se repetirá.

Sus palabras eran tan tiernas con ese rubor en su semblante que no me resistí más: le di un beso más tranquilo que a Ruki, porque aunque me cueste admitirlo él me excitó bastante con ese susurro en mi oído. Chupamos el labio del otro con calma y de vez en cuando su lengua entraba en contacto con la mía. Si tuviera que describir su beso con una palabra sería Encantador. Besa como un chico de 16 años que sueña con un amor platónico y perfecto. No sería el mejor de la noche pero sí que lo recordaría como un buen beso.
Para finalizar con mi linaje incestuoso seguido, fui hacia Azusa. Parecía un gatito mojado, pues estaba sudando de los nervios. Acaricié su mejilla y me dediqué a hacerlo por su cabello y orejas, haciendo que asintiese con la cabeza. Para comenzar, le di un par de besos en las comisuras laterales de su boca y luego, dándole una última mirada, le besé con "cariño" y sutileza, siempre acariciando sus mejillas. No quise hacer contacto con su lengua, pues conociendo a Azusa se quedaría marcado de por vida. Fue uno rápido y lento, pero si me retasen a hacerlo de nuevo no me negaría.

-Sonrojado te ves muy tierno, Azusa-kun. -sonreí para apartarme de él y darme la vuelta hacia donde estaban los dos restantes.

Con sólo verlos de reojo, se podía ver en sus irises que ellos me dejarían como un pasivo total. Respiré hondo y le di una pequeña vuelta al sofá mientras que con mis ojos afilados observaba a Shu.

-¿Estás esperando a que te tome la palabra o estás buscando una apertura? -me sorprendió que aunque la mayor parte de tiempo le tuviese flojera a literalmente todo apurase los acontecimientos. Para finalizar, dio una palmada en sus muslos sin dejar de mirarme, pronunciando un pequeño "Ven aquí, nena". Todos decían "Uuuh" y "Kou, te dejaron como perra". Cada vez estaba más caliente. Y sí, me calentó que todos mis hermanos me besasen aunque fuese por un reto. Sin que me dijese nada más me senté y fui casi corriendo a besarle. Tomó mi nuca por detrás para intensificar el beso, mientras que con su otra mano manoseaba mi trasero. Me sentía un poco raro con esa última acción, pero...Dios, besa tan bien que dejé que hiciera todo eso. Sus labios eran un poco más gordos pero sabía usarlos muy bien.

-¿Nunca te dijeron que besas muy bien, Shu?

-Cállate...

Me bajé de allí todavía con mis pómulos colorados inspirando y expirando muy a prisa.
Subaru me miraba como si tuviese una soga en mis caderas con las que me atraía. Me acerqué melosamente y lamí su mejilla, ganándome uno de sus escandalosos quejidos. Aprovechando que tenía la boca abierta, aposté por un beso francés, el cual fue mejor de lo que imaginé. Subaru dominó mi cuerpo y lengua inesperadamente, aunque no me molestó mucho. Besaba mejor que Yuma pero sin perder su inexperiencia, cosa que lo hacía ver muy tierno, pero conociendo su característica personalidad tsundere no iba a molestarle. Simplemente le sonreí y le di un beso en la mejilla, haciendo que se sonrojase y desviase la mirada con su seño fruncido.
Tomé un poco de wisky y fui donde Ayato. Me senté de rodillas en el hueco entre sus piernas y sin conjugar palabra le besé y le di un poco del licor previamente tomado. Ayato, quien no resistía muy bien el wisky se mareó un poco luego del corto beso.
Todos nos reímos a carcajadas de su cara.

-¡Te la aplicó, Ayato! -decía Shu-.

-¡Con mi hermano no se mete nadie! -bufó Ruki-.

-Es mi venganza por esto, Ayato-kun~.

-No se ve que la estés pasando mal.

-No seas.....aguafiestas.....Ayato.

Decidí ignorarlo y centrarme en mi recompensa por tener que hacer lo antes mencionado. Mi espera dio frutos. Fui gateando como un gatito hacia las piernas de Laito, sentándome en ellas y con tono gatuno susurrarle: "Sé gentil conmigo, Laito". Eso bastó para encenderle, tomando mi trasero con fuerza, haciendo que soltase un quejido muy similar a un quejido, acción que todos contemplaron. Dio unos pequeños chupones en mi cuello, subiendo hasta mis orejas de forma impecable, lamiendo el lóbulo de mi oreja derecha para luego morderla y chuparla. Ya no eran quejidos sino gemidos ahogados que demostraban mi satisfacción. Cuando llegó a mis labios no pude ser capaz de reaccionar: mordió mi labio inferior con desesperación, soltándolo con un pop y luego adentró su lengua en mi boca, dominando la mía en cuestión de segundos. Nunca había sentido tanto placer a través de un sólo beso nunca en mi vida. Cuando me soltó, un hilo transparente separó nuestras lenguas y los abucheos llovieron como lluvia en mayo. Luego de eso, me susurró algo que a día de hoy recuerdo nítidamente:

"La próxima vez no te mojes, Mneko-chan"

Continuará...

COCHLEARIUM de peccatis exigenbius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora