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   Apenas las 9:10 y la mansión Sakamaki tenía una fila enorme de invitados, de la cual Reiji a regañadientes se encargó de gestionar, aunque se encargó de casi todos los arreglos de la fiesta. Al entrar, había una pista de baile enorme, un par de estéreos que hacían temblar las cortinas, varios bocadillos propuestos por Kanato y muchísimas botellas de alcohol. Este último detalle fue pedido de rodillas por el cumpleañero. Osea, ¿Qué auténtica fiesta de ya un adulto no tendría bebida?
Todo marchó bien hasta que un grupo de cuatro chicos entraron a la fiesta. Laito, quien se encontraba en la barra coqueteando con una chica los vio de reojo y con atrevimiento se acercó a su hermano para darle la noticia.

-Ayato-kun~, tenemos visita. -Ladeó su rostro hacia los Mukamis, disolviendo la sonrisa que tenía- ¿Qué harás?

Por toda respuesta, este se acercó al grupo de jóvenes con cara de pocas entendederas y les encaró.

-Oe, ustedes...¿Qué hacen en la fiesta del gran Ore-sama?

-De haber sabido que era la fiesta de un niñato que se proclama una grandeza cuando no es nada me ahorraría la molestia. -El mayor de los hermanastros no se iba a dejar achicar por palabras de tan poco valor. Y no sólo él, pues Yuma, su hermano menor, ya estaba preparado para golpearle si era necesario.

-Ruki-kun, nosotros.....no vinimos a pelear. Nosotros.....vinimos a divertirnos.

-Ahora no, Azusa.

-Já, hasta tu hermanito te lleva la contraria. ¿Tan mal líder eres?

No pasaron muchos segundos para que los nudillos de ambos se palidecieran. Estaban reprimiendo sus ganas de hacer una escena ahí mismo, hasta que una mano en el hombro le calmó. Era su hermano menor, Subaru, quien era consiente de que no podían pelear en ese momento.

-Ayato, cálmate. Ahora no. Limítate a soportarlos.

-¿Tú también, Subaru?

-Moo~ yo creo que estar peleando enmedio de una fiesta tan buena es un desperdicio... ¿No, Azusa-chan? -comentó el rubio tratando de apaciguar el odio. Tenía que admitir que quería divertirse al menos por un día- ¿Qué tal si por hoy bajamos las espadas y simplemente disfrutamos la fiesta de Ayato-kun? Es mejor que andar queriendo desgarrarnos unos a otros a mordiscos y golpes.

Ambos jóvenes recapacitaron por unos segundos. Ciertamente Kou sabía cómo influenciar a las personas y el momento oportuno de hacerlo.

-Tsk, esto es un fastidio. -masculló Ayato, para luego darse la vuelta hacia su hermano mayor, Shu- Házle caso a tu hermanito, Ruki. No habrá una segunda vez.

-No necesitas decírmelo, Ayato-dijo para también voltearse y buscar con qué entretenerse.

Nada fuera de lo normal sucedió luego de ese casi enfrentamiento. Bueno, tampoco fue tan normal...

Continuará...

COCHLEARIUM de peccatis exigenbius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora