Pʀᴏʟᴏɢᴏ

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La despedida siempre era lo más horrible que sucedía, sobretodo cuando te despides definitivamente de alguien a quien quieres. Pues eso es lo que estaba viviendo shuichi saihara, un niño de nueve años quien se debe mudar a otro lugar debido a la repentina muerte de su padre. Por eso ahora se tiene que despedir de su mejor amiga, ya que posiblemente no la vería nunca más.

— Kaede... yo no me quiero ir, es mi madre quien dice que debemos irnos... no quiero perderte. — sus ojos tenían lágrimas. Se iba a despedir posiblemente para siempre de su mejor amiga.

— Shuichi, no llores ¿vale? — Ella sabía que era duro para ambos, pero no quería que se sintiera mal, así que mostraba una sonrisa para hacerle sentir que no pasaba nada.

La madre del anterior mencionado hablaba con la madre de la otra. Se quería ir a donde se crió su esposo ya fallecido. En aquel lugar también vivían familiares del fallecido, pero solo en una parte de aquel sitio. A pesar de todo según le habían explicado a ella, en aquel lugar todos se quieren como una familia.

— Shuichi, es hora de que nos marchemos —

— Hm.. — Shuichi asentió con la cabeza ante las palabras de su madre y abrazó a su amiga — Ojalá nos veamos de nuevo kaede... —

— Ya verás que si — Ella sonrió — Espero que hagas amigos allí ¿vale? —

— Lo intentaré... — Rió un poco y se dirigió hacia el coche de la madre. Se despidió con la mano y fueron hacia su destino.

𖦹

El viaje se volvió aburrido. Estar siete horas en un coche no es muy divertido realmente. Debido al salir de madrugada todavía estaba un poco oscuro. Saihara terminó quedándose dormido, para que cuando despertara estén casi en su destino.

Al despertarse se frotó los ojos y miró por la ventana que tenía a su derecha. A lo lejos se podía ver el mar, pero principalmente se veían casas sobre un lugar que parecía echo de piedras y arena. Estaban en la costa seguramente. No tenía ganas de mudarse a un lugar así. Sentía que no encajaría tanto como el qué había vivido ahí desde que nació, aparte, según le había dicho su madre tampoco había mucho internet en ese lugar, así que no podría contactar tanro con Kaede, lo cual le hizo sentir peor.

Comenzaron a pasar por un camino de arena con piedra a los lados igual que alguna que otra por la carretera, lo cual provocaba baches por el camino. Siguieron los baches y el camino largo hasta que llegaron a la zona de las casas. Había bastantes.

Saihara llegó a ver cómo había algunas mujeres hablando por ahí, y como una de ellas dirigió su vista hacia ellos para después acercarse. Saihara se sorprendió ante tal acto, ya que era de lo que menos se esperaba, pero extrañamente su madre bajó del auto y se acercó a la señora para hablar con ella. Él sólo se quedó en la ventana observando cómo conversaban pero él no llegaba a escuchar nada. En un momento, su madre se giró hacia él, le mostró una sonrisa y le hizo una seña de que se acercara, a lo que Saihara no tuvo más remedio que levantarse del asiento del coche e ir hacia donde estaba su madre.

Wᴇʟᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏ ᴀ ɴᴇᴡ ʜᴏᴍᴇ! || SaiomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora