Conexión.

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Todos conocemos esa sensación de olor a nuevo. Por ejemplo, cuando nos compramos un libro. Lo primero que hacemos es sentir esa suave textura que tiene debido a ser nuevo. Y, seguidamente, al mover sus hojas, sentimos ese extraño olor a nuevo, a no ser usado por nadie más y que ahora ese algo nuevo te pertenece a ti.

También conocemos esa extraña satisfacción al escuchar una melodía de piano o cualquier instrumento, la cual no sea un dolor de cabeza, si no que te haga poder acostarte y cerrar poco a poco los ojos disfrutando de esa tan agradable melodía. 

Y esa melodía fue la que lo llevó a una sala en medio de un gran pasillo de su gran escuela. 

Había llegado a la escuela de forma puntual, incluso con tiempo de más para podes estarlo con sus amigos, hablando y disfrutando del tiempo. Por desgracia no tenía amigos para ellos. Prefería aprovechar el tiempo disfrutando de algún libro o estudiando. No tenía una carrera pensada. Un horror para alguien de su edad, Sin embargo, ya se hacía alguna idea de querer estudiar para ser detective. A diferencia de otros, él tenía la ventaja de tener un tío que lo pueda ayudar en ello.

Los pasillos de su escuela eran exageradamente grandes.  A parte de eso, tenía una madera chirriante hasta el punto que a veces llegaba a ser molesta. Sus piernas y mente se dirigían hacia su aula de clases en la tercera planta. Su primera clase era ahí, un lugar perfecto para destruir tus piernas a primera hora. Bueno, menos cuando había gimnasia. Eso si era lo peor.

La falta de sueño también lo estaba matando lentamente. Un café no fue lo único necesario para terminar de despertarlo. Seguramente si su amiga Kaede no se hubiera mudado, ella estaría estudiando en la misma escuela que el chico y se molestaría con él por quedarse hasta en vela haciendo nada.

Estuvo perdido en su mente hasta que el suave sonido de una melodía a piano comenzó a llegarle al tímpano. Se escuchaba lejana, pero incluso así se podía apreciar la dulzura de la canción y lo agradable que se le hacía. 

Cuando se dio cuenta, ni si quiera estaba en su pasillo de clases. Eso podría explicar por qué escuchaba el piano. Estaba por el pasillo de arte, donde muchas veces Kaede tocaba piano y este la escuchaba. Claro, antes de que se fuera.

Trató de descifrar la melodía que escuchaba en esos momentos con tanta atención. Si, sabía algunas canciones en piano por Kaede, ya que muchas veces escuchaba las canciones que tocaba la rubia ya sea por hacerle compañía o disfrutar de la melodía. Aún así, descubrió cual era sin tener que molestarse en buscar alguna aplicación que lo ayudara. 

Nocturne Op.9 No.2, de Chopin. 

Se sorprendió a si mismo por acordarse del nombre de la canción. Tras estar un tiempo, no corto, escuchando el sonido del piano, sus piernas comenzaron a caminar por su cuenta hacia el sitio donde provenían. ¿Por qué? Ni él lo sabía, solo tenía curiosidad por el sonido a piano y una sensación de escucharlo más de cerca. Una vez llegó a la sala de música, no le fue su sorpresa encontrarse con más gente quienes seguramente también estaban escuchando a quien sea que estuviera tocando tan bella melodía en aquel piano. 


Se apoyó en la entrada del instituto mientras jadeaba, cansado por la carrera por así decir que hizo hasta el instituto. Pasó una mano por sus alborotados cabellos morados tratando de recolocarlos sea como sea. Subió por las escaleras de su zona camino a la parte de artes. 

¿Por qué estudiaba arte? ¿Qué estudiaba exactamente? Realmente su padre trataba de forzarlo a estudiar medicina o leyes, algo en lo que pueda ser un hombre de honor o cualquiera de sus locuras mentales según decía Kokichi. En vez de eso había logrado estudiar artes. ¿Qué de ese sitio le podía agradar tanto para decidir estudiar eso en vez de hacerle caso a su estricto y único padre? Fácil. El teatro. 

Wᴇʟᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏ ᴀ ɴᴇᴡ ʜᴏᴍᴇ! || SaiomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora