Capítulo 10

47 1 2
                                    

La noche iba a ser interesante, creo que es la primera vez que íbamos a quedar con los dos hermanos Clark sin Noah desde que estoy aquí.

Sarah por fin había decidido que ponerse, y ya íbamos de camino en el coche a casa de los chicos. Vivimos literalmente a 5 minutos en coche de ellos y 15 andando, así que no tardamos en llegar.

La casa era muy parecida a la de mis tíos, tenían un jardín gigante con piscina y un camino de azulejos grises que nos dirigían a la puerta.

-Contraseña- dijo Alan abriendo la puerta.

-¿Qué?- Dije sin entender nada.

-Contraseña-repitió divertido.

-¿Me estas vacilando? ¿Qué tienes 5 años?- dije intentando pasar.

-Contraseña- Volvió a repetir sin dejarme pasar. Sarah pasó por mi lado le dedicó una sonrisa y el como si nada la dejo entrar.

¿Esto es broma verdad?

-No se de que contraseñas hablas- dije sonriendo y poniendo cara de angelito al igual que mi prima para que me dejara pasar.

-Ni si quiera lo has intentado.- puso su mano en mi hombro empujándome suavemente para no dejarme entrar.

-¿Spiderman?- dije poco convencida, no sabía muy bien a donde quería llegar con esta estupidez.

-¿Enserio? que infantil eres.- dijo riéndose y dejándome pasar. Al fin.

-¿Infantil yo? tu eres el que se ha inventado una contraseña de mierda para dejarme pasar.

-Hola Lea- dijo Dylan mientras me adentraba en el salón.

-Hola Dylan ¿como llevas el caso?- dije mientras me sentaba a su lado en el sofá. Sin hacerle caso a Alan que estaba poniendo caras de burla.

-Estoy agotado, pero contento.

Estuvimos hablando con detalles de su caso, me enseñó algunas cosas y yo estaba tan entusiasmada como una niña pequeña con un caramelo. Todo me parecía interesante.

-¿Que vamos a cenar?- preguntó Sarah al cabo de un rato, ya aburrida de nuestra conversación. Ella iba a estudiar economía, le iban los números y eso de las letras no le parecía nada divertido.

-Alan se ha ofrecido a hacer la cena, por eso lleva un rato en silencio en la cocina metido. Estará concentrado en sus dotes culinarios.-dijo Dylan con un tono burlón.

-¿Alan? espero que haga los espaguetis italianos que tan bien cocina.- dijo Sarah emocionada ante la idea.

-Alan ¿cocinando?- dije asombrada, nunca pensé que Alan fuera un cocinillas.

-Alan cocinando- afirmó Sarah como si fuera una maravilla.- No cocina mucho, es bastante flojo, pero cuando lo hace !mama mía¡- dijo con acento italiano. Dylan y yo nos reímos ante esa mala imitación.

Se escuchó un ruido que provenía de la cocina y probablemente sería Alan ¿Quién sino?

-Creo que alguien necesita ayuda por allí- dijo Sarah señalando la cocina.- Y a ti también te gusta la cocina ¿no?- Vale lo pillo, es hora de dejarlos solos. Si me gustaba cocinar pero ese no era el motivo por el que me lo había dicho, estaba segura.

-Si, creo que necesita mi ayuda- dije y acto seguido me fui en busca de Alan a la cocina.

-¿Pero que demonios te ha pasado?- dije mirando fijamente su mano que no paraba de sangrar.

-Me he distraído mientras cortaba las verduras.- dijo encogiéndose de hombros y con una sonrisa de niño bueno.

-Pero que clase de cocinero eres, uno muy malo por lo que veo.- dije mientras cogía su mano.- No hay de que alarmarse, se primeros auxilios.

UnexpectedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora