Capítulo 2

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Me despertó el sonido de la alarma. Eran las ocho de la mañana, había dormido muy poco, había llegado a mi casa sobre las tres de la madrugada y estaba cansada, muy cansada. En ese momento no tenía ganas de ir a ningún otro sitio en el que no hubiera una cama, incluso llegué a pensar alguna que otra excusa que inventarme para no ir, pero hice un esfuerzo por pensar con claridad y dejar de lado a mi yo perezoso y me levanté de la cama de un saltó. Fui al baño y me quedé observando un rato las grandes ojeras que tenía mi cara de recién levantada.

Me lavé la cara y baje a la cocina.

Cuando bajé me encontré a mi madre desayunando, no era raro encontrarla a esa hora, siempre se levanta temprano para ir a trabajar. Es médico y casi siempre esta trabajando, salvo algunos fines de semana que los tiene libre, y aprovecha para estar con mi hermana y conmigo o salir con sus amigas cuarentonas como ella, entre otras la madre de Luca. -Buenos días mamá- le dije con voz de dormida.

-Buenos días, ¿qué tal ayer en la fiesta de Luca?-me dijo mientras cortaba aguacate para echarle a las tostadas.

-Bastante bien, pero no aguanto las ganas de que sea viernes-. El viernes se celebraba la graduación, ya habíamos terminado los exámenes finales y los había aprobado todos con nota. Había sido aceptada por la UCLA, la universidad de los Ángeles, no me lo podía creer, para mi era todo un sueño, por fin empezaban a salirme las cosas como esperaba. Al fin podría estudiar derecho en una de las universidades más importantes de California. Estaba muy emocionada y asustada al mismo tiempo, al tener que irme tan lejos de casa. Yo había vivido toda mi vida en Seattle aunque tenía familia en Los Ángeles y ya había estado allí otras  veces, pero no era lo mismo ir de visita unas semanas que irme a vivir allí, mi único consuelo era mi prima Sarah, viviríamos juntas y eso me tranquilizaba.

-No me lo puedo creer que en dos días te gradues y te vayas de casa. Habrás hablado con tu prima ya y tendréis todo organizado ¿no?

-Sí mamá, está todo organizado, llevamos hablandolo semanas.- y antes de que pudiera seguir hablando escuche una bocina.

-¡Clara!- gritaba Marta, su compañera de trabajo y madre de Luca. Venía a recogerla desde hace una semana porque nuestro coche estaba en el taller.

-¿Puedes ir a abrirle mientras cojo las cosas?. Abrí la puerta y allí estaba Marta en el coche montada esperando a mi madre. -Hola Lea ¿que haces levantada tan temprano?- me dijo muy amable.

-¡Hola! he quedado con mis amigas para ir a la playa- dije devolviendole la sonrisa. Marta era de la misma edad que mi madre incluso más joven, tendría unos 40 y se conservaba muy bien con su melena rubia y su rostro sin arrugas.

Mi madre finalmente salió y antes de montarse en el coche me dio un beso de despedida.

Ya eran pasadas las ocho y media y debía preparar las cosas para pasar todo el día fuera, ducharme y sacar a Elvis.

Desayuné un zumo de naranja y subí a mi cuarto para coger la ropa y meterme en la ducha. Cuando salí me puse un bikini, era de un tono lila claro, unos vaqueros cortos y una camiseta grande con la cara de Elvis en el medio. Si, Elvis era uno de mis cantantes favoritos.

Cogí una mochila, metí crema solar y una toalla y baje a la cocina a coger algo para comer por si nos entraba hambre por el camino. Ví las gafas de sol y me di cuenta de que aun no me había puesto las lentillas, así que tuve que volver a subir para ponermelas. Odiaba ponerme lentillas.

Después de diez largos minutos conseguí ponermelas y cuando salí del baño me choqué con mi hermana.

-Rápido aparta que me hago pis- dijo con cara de dormida. Me miró de arriba a abajo desconcertada. -¿ya te vas?

UnexpectedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora