14.- Masculinidad (Gay/Homosexual)

Celos (5)

- Tal vez, pero para mis padres no...- bufó.- ¿Me dejas cinco o diez minutos para cambiarme?

- Ambos somos hombres y ya nos hemos cambiado en el vestuario de la escuela, ¿Qué problema habría?

- ¿Dices eso después de lo de anoche?- comentó con cierta picardía en su tono de voz, el otro desvió sus ojos, pero su cara permaneció inmóvil, segundos después de un ligero trance acabó saliendo de la habitación sin decir una palabra.

Luis no pudo evitar ahogar una risita en su garganta y después quitarse la camiseta del pijama, doblarla y ponerse la camiseta normal, hizo lo mismo con su pantalón y su ropa interior, esto último hizo una pelota con él que tiró en la bolsa junto con la ropa de dormir. Una vez estaba vestido se estiró para crujir su espalda mientras dejaba escapar un sonido placentero. Suspiró y salió de la habitación con la bolsa entre sus manos.

- ¿Estás listo ya?- musitó desde su espalda, venía del baño, era la opción más viable, es decir, por ese pasillo solo había dos cosas, la habitación de sus padres o el baño, y, ¿Por qué razón había entrado a la habitación de sus padres? ¿Para hacer la cama? ¿Por qué otra razón podría haber entrado, humph? No le dio importancia y asintió con la cabeza.- Nos vemos en el instituto el lunes.- volvió a asentir con gentileza, solo una vez, después se dirigió hacia la puerta sintiendo la presencia del moreno a su espalda.

- Nos vemos el lunes...- se giró para regalarle una sonrisa de despedida, Paul imitó el gesto y después salió de la parcela sin más dilación.

Inexplicablemente con el corazón acelerado y un sudor frío en su nuca, casi sintiéndose con una falta de aliento a la cual no podía dar ninguna explicación lógica pero que sin duda había sido esa sonrisa la que le había provocado esa drástica reacción en su organismo.

Y esa reacción tan poco habitual para él, ya que nunca antes la había sentido con nada ni en nada pues ni con sus padres, ni con el resto de amigos, ni con ninguna persona del instituto con quien había hablado y sonreído por compromiso le había pasado, y eso, esa mezcla de emociones en el interior de su pecho le había gustado.

El lunes llegó rápidamente, al llegar a las puertas del instituto pudo ver a Nico escondido entre los brazos del ruso, casi como si fuese posible que ambos se fundieran en un abrazo para ser solo una persona. Aquello le hubiera formado una mueca de desagrado levantando el labio y haciendo algún comentario desagradable si no tuviera un desorden emocional en su cabeza y muchas preguntas con unas respuestas bastante poco claras sobre diferentes situaciones que había vivido en aquel fin de semana. Empezando con una erección y acabando con diferentes otras reacciones que había sufrido y nunca antes las había sentido. Aun así se quedaría callado y no diría absolutamente nada a sus amigos, después de todo, se reirían de él por no saber absolutamente nada sobre esas cosas y esos temas, nunca había sido rápido para entender las "segundas intenciones" que cualquier frase u oración pudiera tener.

Por eso Bull y Jara se habían llegado a reír a carcajadas de él a través de las llamadas telefónicas cuando jugaban a la PlayStation 1 por separado.

En ese momento deseó que la tierra lo tragara.

Suspiró pesado para quitarse ese recuerdo incómodo de la cabeza y la sacudió un poco para evitar ver aquella escenita tan empalagosa y asquerosa desde su punto de vista que se estaban montando los dos tórtolos de turno. Decidió entrar de una vez por todas y dirigirse hacia su grupo de amigos con el amargo comentario de: "vieron a esos dos ahí?" lo que le fue respondido con asqueados: "si", entre otras expresiones que soltaron sin remordimiento alguno. Levantó sus ojos para mirar a Paul, quien no había dicho nada, de hecho, estaba mirando hacia otro lado, como si lo hubiera ignorado. Siguió su vista sin decir nada y pudo ver cómo observaba a un grupo de chicas que estaban riendo con grandes y escandalosas carcajadas. Volvió a mirarlo y bufó rodando los ojos.