Capítulo 5: Gente nueva, vida nueva

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Todos voltearon a verme al mismo tiempo, y silenciaron sus voces, el hechizo que movía la sangre paró, yo solo me quedé pasmada mientras sus miradas estaban fijas en mí. Y entonces salió uno de los encapuchados hacia delante, un chico de unos 17 años, tenía el cabello negro y los ojos de un color ámbar intenso, de buena estatura, y un cuerpo de atleta, en su cuello se deja ver un tatuaje. Lo reconozco, no es de mi agrado, pero debo decir que es bastante sexy.

—¿Qué estás haciendo aquí y por qué nos espías? —preguntó con una voz demandante.
—No... no estaba espiando... es solo que yo... —quería contestar, pero tartamudeaba.

—¿Qué tú qué? ¿Qué te gusta mirar donde no te llaman? —dijo con un tono agresivo que me hizo enojar.

—Bueno al menos yo no me escondo para hacer magia prohibida ¿Qué crees que no he escuchado que jugar con la sangre así es peligroso?

—JAJA peligroso...—contestó riéndose.

—Ya voy a ver si te ríes cuando les cuente a mis superiores de su pequeño club de hechizos macabros —y me di la vuelta dispuesta a irme.

—Ni se te ocurra —respondió mientras me sostenía el brazo.

—A ver, a ver ¿Y si mejor nos calmamos todos? —dijo una chica con voz una dulce, al mismo tiempo que se acercaba hacia nosotros.

Su cabello era castaño oscuro, lacio, y corto, hasta los hombros, sus ojos cafés claros y tenía cejas y pestañas abundantes. Tenía facciones delicadas, una tez morena clara, muy bonita.

—Nadie tiene porque ponerse así, hablemos y llegaremos a un acuerdo— siguió la misma chica—. Así que ya no tienes por qué ser grosero Jared, déjala.

—Ah sí, Jared, ya te reconocí, el mismo chico problema del que todos hablan siempre, no me sorprende —contesté con ironía, a pesar de que supe que era Jared desde el comienzo, sus ojos nunca pasan desapercibidos—. Solo por tu amiga voy a darles la oportunidad, y espero me convenzan de no decir nada de lo que vi.

Realmente no pensaba contar nada, no era mi asunto, pero la actitud de Jared me irritó.

—Como sea —contestó con desgano, Jared.

—Está bien, entonces me presento, yo soy Diane —me dice la chica mientras me estrecha la mano.

—Mi nombre es Aura —le digo, correspondiendo su saludo.

Enseguida los integrantes del misterioso grupo de encapuchados me hacen pasar a su pequeña sala secreta, y yo tomo asiento en un pequeño sofá que se encuentra en una esquina de la habitación, se nota que el lugar está un poco descuidado, se ve una delgada capa de polvo en algunos muebles y la alfombra tiene pelusas. Como mencioné antes, esta es la bodega que se usa para guardar materiales de reserva para hechizos, casi nadie la usa pues todos prefieren sacar magia de su interior que usando artilugios antiguos y extraños.

—¿Tienes alguna fruta favorita? —me pregunta Diane.

—Mmm... No exactamente, pero me entraron ganas de manzana verde.

Entonces ella tomó la daga y se hizo un pequeño piquete en el dedo, una gota de sangre cayó al piso mientras ella decía: "Krag van bloed".

De pronto, se sintió un ligero temblor y el piso comenzó a agrietarse, del agujero salió un árbol que creció desmedidamente rápido, en tan solo unos segundos salieron unos frutos, seis manzanas verdes.

Me quedé impresionada, ese era un hechizo demasiado avanzado para su edad, y de una complejidad enorme y ella no se veía ni cansada.

—¿Cómo hiciste eso? Fue asombroso —dije emocionada.

El bosque sombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora