El bosque sombrío

Capítulo 9: Mi lugar secreto.

Abro los ojos de nuevo, y no hay nada. No hay niña, no hay charco de lodo, no hay diamantes, no hay rosa. Incluso el ambiente se siente menos tenso, menos oscuro.

Me incorporo del piso, y respiro en alivio. Era una ilusión.

Me restriego la cara con ambas manos, y muevo mi cuello para aliviar el estrés. Enserio me lo creí, casi me muero del pánico.

Veo el reloj, ha pasado exactamente media hora. Escucho un golpeteo suave en la puerta, y en seguida entra Diana por la puerta. Paul y Jared entran detrás de ella.

—¡Felicidades! Prueba superada —vitorea Diane, lanzando unas chispitas mágicas por el aire.

—Fue toda una ilusión, ¿verdad? —pregunté. Aún tenía un atisbo de confusión en la mente.

—Sí, nada de lo que viste desde que llegaste fue real. Todo fue producto de una alucinación orquestada por mi compañero Paul, es su especialidad —contesta Diane, con la amabilidad de siempre.

Claro, tenía que ser. Por eso cuando proferí el conjuro "Verum videre" se terminó todo. Significa "ver la verdad". Y en casos de visiones infligidas es muy útil.

—Pues fue demasiado, casi me matan de un susto —gruño por enojo.

—No fue nada, yo lo hubiera hecho incluso más espantoso. Además, estuviste a punto de perder el desafío y eso es deshonroso —dice Jared con una cara de pocos amigos.

—Nunca había visto una ilusión tan real, tampoco una que fuera prolongada por tanto tiempo —me defiendo—. Como iba a saber que era una de sus mentiras.

—Uso la magia sangre para incrementar el tiempo y los efectos de la ilusión, aparte de que es mi campo de especialidad, todos tenemos uno —comentó Paul gustoso—. Si soportabas el tiempo requerido era suficiente, pero tienes mérito extra por usar tu magia. No seguir al pie de la letra, órdenes que no tengan ningún sentido, también es parte de nuestra filosofía —hizo una pausa y añadió—. Cuando algo es necesario, hay que hacerlo, aunque tenga restricción, por algo practicamos magia prohibida.

—Como sea, si no me morí de un ataque en esta prueba, ya no me muero con nada —digo riéndome. Aún siento restos del espanto en mi cuerpo, pero va calmándose poco a poco.

—Tercera prueba: Osadía. Ha sido superada con éxito —asegura Diane.

—Un momento... ¿Tercera prueba? —cuestiono confundida—. Pensé que solo iba dos.

—La primera prueba es: Fuerza. La pasaste cuando peleaste contra Jared y ganaste. Fue una grata coincidencia que él fuera tu adversario, por lo que decidimos hacer pasar esa pelea, como la prueba de fuerza —responde Diane.

—¿Por qué crees que insistí tanto en el reto? Quería que pelearas con ganas, y que lo relacionaras con el grupo de magia sangre, para poder contarlo como una prueba. Fue mi idea desde el principio —añade Jared, con tono se superioridad, como alguien que sabe mucho más que los demás. No me sorprende—. Gracias a tu enojo me ganaste, y ahora estás aquí entreteniéndome mientras te veo pasar a duras penas nuestras pruebas, las cosas siempre me salen bien, hasta mejor de lo que espero.

—Ya, ya, ya te vimos —contesto con sarcasmo—. Quien tiene que probar con tanto afán algo, normalmente miente. Y tu manera de exaltar contantemente tu superioridad, solo prueba eso.

—Ese es el comentario más mediocre que he escuchado, que tú no tengas nada que exaltar, no es mi problema —me dice furioso, y sale de la habitación.

—Sé que él se ve bastante rudo, y al principio hace enojar como ninguno, pero cuando ya lo conoces bien, solo es un niño inmaduro y asustado, buscando aprobación, te lo aseguro. Tenle un poco de paciencia —me dice con dulzura Diane.