El bosque sombrío

Capítulo 6: No fue una guerra fría

Llegó la tarde, y me fui a mi casa, mi mamá casi nunca estaba a esa hora pues trabajaba, y es cuando yo regresaba a mis largos entrenamientos de magia, a veces ya era demasiado cansado, creo que ningún otro hechicero era tan explotado como yo, y todo por ser la dichosa "hechicera sublime".

En estos casos era mejor ser precavido, siempre podría surgir una emergencia que hiciera que mi madre llegará más temprano de lo usual, es por eso que hace tiempo, como ayuda de mis maestros, evocamos un hechizo en mi mamá, era de los más común en hechiceros que tenían sus familias mundanas, esto me permite conocer la ubicación de mi mamá en todo momento, y envía una alarma cuando está llegando a la casa a mi "Magic Wand" un dispositivo parecido al celular, pero que se usa solo para asuntos mágicos. Además, me avisa si alguien está llamando al teléfono de la casa, o si alguna persona externa, está timbrando o golpeando a la puerta. Con esta tecnología yo estaría siempre presente como si estuviera en la casa, a pesar de no estarlo.

Así que, tranquilamente abandoné la casa con mi portal mágico hasta mi clase, después de haberme duchado y almorzado algo ligero. Llegué puntual a las 2:30 de la tarde, y comencé con mi entrenamiento, esta vez tocaba combate, una clase que si me gustaba.

El maestro nos contó que hoy se sentía de buen humor y que el combate sería estilo libre, cada vez se pone mejor.

Empiezo a hacer los típicos calentamientos corporales, cuando veo que llega Jared, seguro alguien debió avisarle que hoy había una clase entretenida que decidió aparecer, suele fugarse bastante. Empiezo acércame a él, pero el profesor anuncia que se acabó el tiempo de calentamiento y que es tiempo de pelear. Entonces con su magia crea una estructura enorme de piedra que emerge del suelo, creando una especie de ring de pelea. Y sin usar ningún encantamiento hablado, los maestros sí que impresionan.

—La mayoría ya conoce las reglas del combate estilo libre, pero las vuelvo a repetir —informa el profesor—. La primera, pueden usar cualquier tipo de magia o técnica física para derribar a su contrincante. Segunda, ser derrotado, rendirse o salirse del cuadrilátero implica la pérdida de la batalla. Tercera, nadie puede continuar atacando a su oponente si este se ha rendido, se ha salido, o se encuentra incapacitado para pelear, además que nadie deberá causar lesiones graves durante la batalla, aquí no estamos para tirarnos a matar. ¿Entendieron?

—Sí —contestamos la mayoría, algunos emocionados y otros con un tono cansón.

—Y no se tomen las peleas como algo personal, hacemos esto para aprender a desenvolvernos en situaciones de peligro real no para que se desahoguen con las personas que les caen mal, lo digo porque les conozco que son salvajes y no quiero tener que explicar porque hay gente medio muerta en mi clase.

Parece que nadie se lo tomo enserio, ya que, todos se rieron llenos de gozo, entonces el maestro continuó:

—Una vez dicho todo. ¡Qué comienceeeeen los combaaaateeees!

Entonces sacó su "Magic Wand" donde tenía una lista de los nombres de todos y presionó en la opción de "Escoger" y luego especificó "Al azar". Marcus, el maestro, solía utilizar este sistema seguido, para que nadie pueda acusarlo de favoritismo ni de querer perjudicar a nadie.

Luego, nos informó el nombre de los escogidos a participar en la primera pelea:

—El primer luchador es... —gritó, con un tono de suspenso— Jared Battle, que ironía el apellido del primer competidor del día, ¿verdad?

—Siempre estoy cuando es necesario, y no me perdería la diversión, Marcus —le contestó Jared, con suma confianza.

—De acuerdo, espero que tengas esa misma seguridad cuando escuches el nombre de tu contrincante —dijo Marcus—. La segunda luchadora es... Aura Stone.