Capítulo 4: La curiosidad mató al gato

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Narración en presente de los hechos ocurridos antes del gran escape.

Una extraña sensación de inquietud me hace despertar, con los ojos entreabiertos y un sueño que me desmayaba, estiro la mano en busca de mi celular para ver la hora. Son las tres y media de la mañana, me preparo para dormir nuevamente cuando un ruido que venía desde la ventana de mi cuarto me distrae, volteo y ahí estaba. Un maestro rango alfa del clero de los ancianos sabios, se creen dueños de toda la magia del mundo, reciben órdenes directas de la reina en el mundo mágico, son sus consejeros y una especie de asamblea, los que toman las decisiones. Verlo ahí me quitó toda la esperanza de volver a dormir.

—¿Qué sucede? No me digas que hay repaso, son las tres y media de la mañana —le dije de inmediato con un tono un tanto molesto.

—No te pregunté la hora —me contestó firme—. Ya sabes que ser una hechicera sublime es trabajo de toda hora y que no te puedes...

—No me puedo descuidar, ya lo sé —repliqué, interrumpiéndolo—. Es solo que, creo que exageran demasiado, tengo toda una vida para ser la mejor hechicera sublime que hayan tenido, verán que mi poder será asombroso, no duden tanto de mí.

—El problema no es tu poder, ya es asombroso, no habría otra manera pues es la magia ancestral la que posees.

—¿Entonces cuál es el problema?

—No se trata solo de tener un gran poder, se trata de la disciplina y del entrenamiento, y los valores con los que utilices tu magia, si no tomas enserio esto terminarás como las otras.

—Ya, ya, de todas maneras, sé que no te vas a ir sin hacerme entrenar, no importa lo que te diga, voy en unos minutos.

—No te tardes —contestó antes de marcharse.

"Si no tomas esto en serio terminarás como las otras", no tienen idea la cantidad de veces que he escuchado esa premisa. Odiaba eso, parecía que todos los hechiceros querían compararme siempre con las sublimes anteriores, sus errores no eran los míos, pero nadie parecía entenderlo.

Sin embargo, el recuerdo de sus trágicas historias me produce nostalgia, a pesar de su poder, las historias de mis predecesoras no eran gratificantes, muchas murieron jóvenes, a causa de una pelea fatal con algún espíritu de la oscuridad imposible de vencer; algunas excedieron el límite de magia que el cuerpo puede aguantar pereciendo con algún hechizo exagerado; otras se sacrificaron por amor, y esta era la historia más común, un amor que las traicionaba, o como ayudar a un ser querido las llevó a su muerte, o como un corazón roto las llevo al suicidio o a la locura.

Me cambio de ropa apresuradamente, si no llego de inmediato vendrá de nuevo, es persistente. Utilizo un portal mágico, que creo con mis manos, y al atravesarlo me encuentro en el mundo mágico, brillante y deslumbrante, destila energía por todos lados, impresionante.

Las próximas dos horas paso conjurando hechizos estúpidos que ya me sé de memoria, y haciendo ejercicios de movimiento de manos con energía de ataque. Cuando me siento agotada me encamino a sentarme al mismo lugar de siempre, a los bordes de la habitación. Mi colegio mágico es increíble, las aulas no tienen paredes y están suspendidas en el aire, a varios metros de altura. Como me siento, mis piernas quedan colgando hacía el vacío, y veo todo el panorama desde ahí, es relajante. Esto del salón en el aire es sostenido con un hechizo de un maestro piedra y fue pensado inicialmente para evitar que los alumnos se salgan de sus clases, sin haber terminado su entrenamiento, por lo que no es permitido realizar portales mágicos ahí a excepción de tener el permiso de un maestro, o de ser una emergencia.

Ahora es más una fuente de distracción ya que muchos se pierden observando el paisaje, o se toman selfies con sus compañeros magos, o los que poseen magia suficiente para volar, saltan y se van. Y ahí es cuando el maestro asignado empieza a perseguirlos y a lanzar conjuros por todos lados. ¡Es muy divertido!

Desde mi puesto en las alturas observo como en el suelo, tres personas con largas túnicas y capuchas negras, se dirigen como secretamente hacia los jardines de la institución. Veo la hora, son las cinco de la mañana. ¡Bien! Debo llegar a las cinco y cincuenta a mi casa así que tengo tiempo de sobra para meterme en problemas.

Mientras mi maestro este distraído pienso saltar, pero ver hacia abajo me da angustia y miedo, se supone que manejo la magia necesaria, pero ¿Y si me bloqueo y no puedo conjurar nada? ¿Y si me da miedo y me desmayo en pleno aterrizaje? Basta, si no me arriesgo ahora, voy a ser la hechicera sublime más cobarde del mundo.

Cierro los ojos y antes de arrepentirme, salto hacia el vacío. Una vez cayendo la sensación es increíble, la risa sale sola y siento el aire golpear mis mejillas. Me concentro, debo hacerlo si no quiero morir como papa aplastada con la caída.

Me concentro y siento el aire volando a mi alrededor, me apodero de él y utilizo su poder como mío, controlo el movimiento y la intensidad de este, y lo acomodo para que gire alrededor de mí, y debajo de mis pies, disminuyendo la velocidad de mi caída. Me doy cuenta que no me está constando tanto trabajo y lo disfruto. Recuerdo que, por la evaporación del agua, el aire casi siempre contiene un porcentaje de agua, y elevo mi concentración al máximo, con mis manos envío energía mágica, y pronuncio unas palabras que aceleran el proceso al momento de congelar algo: "Frigora kadhemen". Enseguida siento como una capa fuerte de hielo se cierne bajo mis pies, y con mi mente controlo sus movimientos a mi antojo, se siente como la patineta voladora de Volviendo al Futuro, solo que con hielo, aire y magia. ¡Es genial!

Percibo como el viento mueve mi cabello, el poder que siento al controlar elementos de la naturaleza, y como esa pequeña capa de hielo obedece todos mis deseos gracias al hechizo.

Se pasa la emoción y vuelve la intriga cuando veo que las personas de capucha están entrando a la bodega de materiales de reserva para hechizos, bajo despacio y me colocó detrás de un árbol para que no me vean, cuando han entrado todos, me bajo de mi patineta de hielo y esta se disuelve al instante. Ubico mi oído en la puerta y al ver que no escucho nada, recurro a otro hechizo diciendo: "Rasane saya sampurna".

Literalmente significa "Me siento perfecto" pero suele ser utilizado para mejorar tus sentidos o tus habilidades de ser necesario, hasta en un 300%.

Enseguida empecé a sentir como mi oído se perfeccionaba, y pude escuchar como todos los encapuchados recitaban en coro un conjuro que jamás había escuchado. Decidí investigar más y quise subirme a la ventana, como estaba muy alta, giré mi cabeza hacia todos lados para encontrar algo que me ayudara a alcanzar la ventana.

En la esquina pude ver un bote de basura triturador, me encanta este tipo de basureros del mundo mágico, cuando tiras una basura, este la tritura y te da energía a cambio, dependiendo del tamaño de tu basura, esta energía la puedes utilizar en algún hechizo, o para comprar algo que sea de tu agrado, ya que en el mundo mágico puedes comprar cosas con energía mágica. Realmente no te dan casi nada de energía, pero es un lindo detalle.

En fin, utilicé este basurero para asomarme por la ventana, y al ver la imagen me quedé pasmada. Todos llevaban dagas y se habían hecho cortadas, la sangre que brotaba de sus brazos se agitaba y se revolvía al ritmo del poema que recitaban. Nunca había visto algo así, y no se sentía normal. Estaba perturbada y eso me hizo descuidar, así que resbalé del basurero, ocasionando un ruido estrepitoso que alertó a todos los encapuchados de mi presencia. 


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Hola, al final de la historia dejaré el significado de los conjuros.

1. Frigora Kadhemen: "Nevera fría". Sirve para congelar, invocar hielo o nieve, y derivados.

2. Rasane saya sampurna: "Me siento perfecto". Sirve para mejorar tus sentidos, habilidades y destreza. 

El bosque sombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora