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No podía dormir, estaba más que seguro que eso se debía a la culpa y cargo de conciencia de haber seguido a JiMin.

Dos días después y él seguía con ese cargo de conciencia. Hoy era la tercera noche en la que seguramente no podría dormir nada igual que las dos anteriores.

Suspiro bajamente y colocó su antebrazo sobre sus ojos, de verdad que deseaba dormir. El día de mañana tendría una reunión y luego una conferencia de prensa con respeto a S.O.O, no podía perder el tiempo en tener una conciencia culpable.

JiMin abrió lentamente sus ojos, pero no movió su cuerpo ni un solo momento, aguardo en silencio y luego de solamente escuchar los bufidos del mayor, es que decidió darse la vuelta y enfrentar al mayor.

Había pasado por alto las últimas dos noches, pero esta tercera, JiMin comenzaba a inquietarse del por qué su mayor no estaba durmiendo adecuadamente.

Quizás... ¿Se sienta incómodo?

Será que...

Cierra sus ojos y los aprieta fuertemente, no, no puede pensar eso del mayor. YoonGi le había dicho que no se arrepentía de nada, entonces debe de confiar en él.

Dándose vuelta, se alzó en sus codos y observó el perfil del mayor, analizándolo detenidamente.

YoonGi despegó su antebrazo ante la presencia de una mirada fija y se preparó mentalmente para lo que sabía vendría a continuación.

“Hyung, no puedes dormir?” pregunto el castaño, su voz siendo ronca por la falta de habla.

Ni tan siquiera sabe que hora es, pero supone que es muy noche, porque la luz de la luna aún está entrando por el ventanal del cuarto donde ambos dormitan.

YoonGi inhala profundamente y se incorpora en la cama, recostado su espalda en la espaldar de la cama.

Niega lentamente, mientras frota sus dedos sobre la sien de si mismo.

“¿Algo te perturba hyung?” inocentemente JiMin le pregunta.

«Si supieras, no querrías nunca hablarme JiMinnie» piensa internamente.

“Cosas de mañana JiMinnie” miente y a la vez no, porque los eventos de mañana si lo tiene nervioso.

JiMin sopesa aquello por unos segundos y mordiendo su labio inferior, duda en hecho de preguntar o no lo que él quiere.

YoonGi observá aquel gesto y no puede evitar rememorar sus años pasados, JiMin no ha cambiado para nada.

Siempre que quiere hacer una pregunta, pero no sabe cómo realizará la correctamente, él suele morder su labio inferior por unos segundos, y evitar el contacto visual por la vergüenza de no tener el valor de preguntar.

E inconscientemente guardó esos gestos en su memoria, porque los ha visto miles de veces.

“¿Qué pasa?” se anima él en preguntar primero.

Soltando un suspiro sonoro, el menor se anima a preguntar.

“¿Podemos acompañarte mañana? Prometemos no distraerte” habla en plural, haciendo referencia a que iría tanto él como su pequeño niño.

Los nervios lo atacan de imprevisto.

Nunca lo había pensando siendo sincero, esa entrevista estaba prevista desde antes que JiMin volviera a seoul y él adoptará al pequeño, llevar a JiMin al evento... No suena como un mala idea.

Al quedarse en silencio, las inseguridades abordan al castaño, quien piensa que quizás si fue una mala idea preguntar aquello, será mejor que le diga que sólo era una broma, no quiere poner en aprietos al mayor.

Segunda Oportunidad ; © YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora