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¿Llamarle a jimin?, ¿era en serio?, ¿de verdad?.

No.

Llevaba una maldita semana pensando en ello, desde que namjoon y hoseok lo comentaron, y no era una mala idea.

Error.

Era una pésima idea.

En si, el no encontraba las palabras adecuadas para hablarle, ¿que diablos era lo que le iba a decir?

'Hey, ha pasado tanto tiempo, sabes quisiera pedirte un favor, que si podrías ser mi pareja falsa porque quiero adoptar un bebé'

¿Sutil?, Para nada. No tenía palabras, su estómago se contraía con solo pensar que tendría que hablar con el después de....

¿hace cuantos años que no se hablan?

Dios, no debería ni de considerar esa tonta posibilidad de que jimin acepte su estúpida propuesta, imposible.

Ciertamente jimin fue y para el sigue siendo especial, pero han sido años de no dirigirle ni una tan sóla palabra, porque las tarjetas de cumpleaños no cuentan como tal.

Tarjetas que el nunca tuvo el valor de enviar, todas guardadas en una pequeña caja blanca que ya hace en el fondo de su armario.

No ha tenido el valor para hablarle desde ese día, el día que huyó como un cobarde. ¿que se arrepiente? Por supuesto que sí.

Si él le hubiera dado una respuesta esa noche, ¿las cosas serían diferentes hoy en día?, Quizás si, quizás no, todo depende de las decisiones que llegamos a tomar.

Y Yoongi quisiera retroceder en el tiempo y regresar hasta esa fecha, volver a ese año, a ese día, a ese mes, a esa hora, donde el solo se quedó en blanco y sin palabras ante lo que jimin le comentó.

Pero tuvo que ser egoísta y callarse, como siempre lo ha hecho, ocultar sus sentimientos y reprimirlos, siendo un vil cobarde que sólo sonríe y finge que todo está bien aunque no lo está.

Un suspiro abandona de sus labios en el momento en que se reclina en su silla hacia atrás, girándola lentamente para quedar frente al gran ventanal detrás de él.

Quisiera ser como ellas, las nubes, ellas no sienten ni piensan, sólo avanzan hacia donde el viento las lleve, quisiera dejarse llevar y hacer lo que su corazón siente, pero no puede, no aún.

La puerta es tocada lentamente y deja salir otro suspiro para voltearse carraspeo un poco y decir un "adelante" para quien sea que estuviera al otro lado de ella.

“Hola~ ¿como estas yoongi-ah?” pregunta seokjin mientras le sonríe y se adentra en la oficina del mayor, sonríe ampliamente cuando ve la foto de ellos siete en el centro de la pequeña mesa que está frente al sofá enorme y cómodo que el ama.

Yoongi sonríe y se levanta de su asiento para ir hacia donde seokjin se ha sentado.

Que Kim seokjin estuviera en su empresa a estas horas significaba que su hyung tenía algo que hablar con el, o solo se venía a quejar del por qué le daba tanto trabajo a su esposo.

No lo culpen a él, namjoon es un maniático del trabajo, le gusta dejar todo organizado y si es posible avanzar en los otros proyectos para terminarlos antes y que todo esté a tiempo y en buenas condiciones, no se queja de ellos porque realmente namjoon es un excelente vice-presidente de la compañía y un gran Amigó y consejero por igual.

“hola hyung, cuanto tiempo” sonríe y toma asiento enfrente del mayor “Y estoy... estoy bien” miente.

“oh yoongi-ah, tu mejor que nadie sabe que conmigo el 'estoy bien' no funciona para nada” se cruza de piernas y coloca una de sus manos donde reposa un hermoso anillo de oro blanco. “Namjoon me contó tu situación”

Segunda Oportunidad ; © YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora