Segunda Oportunidad ; © Yoonmin

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JiMin gimió bajito cuando sintió el miembro de YoonGi deslizarse fuera de su puerta trasera, su entrada contrayéndose ante aquella sensación de escozor y luego vacío.

Había sido un día agotador para ambos, y JimHae yacía dormido en su cuna, a tan sólo una puerta de distancia del cuarto del mayor.

YoonGi acarició lentamente la espalda desnuda y sudada del menor con sus dedos, delineando el contorno de los músculos traseros de JiMin.

Muy en el fondo ambos sabían que lo que hacían estaba mal, estaban dañando sus corazones, pero es que, simplemente no podían evitarlo. El calor de las copas luego de una cena y plática amena, siempre era el botón que encendía sus pasiones oscuras.

YoonGi atrajo el cuerpo de JiMin más cerca del suyo, envolviéndolo en un abrazó. JiMin no se quejó por ello, como podría hacerlo siquiera. Ambos cerraron sus ojos, en la calma nocturna sólo el latido de sus desenfrenados corazones sería audible.

— Hyung —llamo roncamente el menor.

YoonGi murmuro un bajo "humm" dándole a entender que estaba prestando atención a su plática.

— Te acuerdas? —pregunto en la tranquilidad del abrazó del mayor.

YoonGi frunció su entrecejo, ¿recordar que cosa?

— Qué? —pregunto el pálido.

JiMin rió bajito y llevo su mano hacia el pecho del mayor, dejándola justo al lado del lugar donde su corazón latía como un loco.

— En el año dos mil veinte, cuando estábamos grabando el programa de BTS in the soop, ¿recuerdas lo que pasó uno de esos días? —despues de hacer esa pregunta, YoonGi cerró sus ojos y respiró tranquilamente.

Buscando en los baúles de su memoria esos días donde pudieron tener sólo un poco de su libertad.

Frunce el ceño ante el hecho de que por más que intente pensar en lo que JiMin dice, su memoria está llena de los momentos divertidos que pasaron los siete, luego las comidas juntas, las noches de juegos, las pláticas casuales y luego las charlas nocturnas. Su tiempo escribiendo letras, su tiempo simplemente jugando y descansado. Todo, absolutamente todo era tan feliz.

Luego de unos minutos negó ante aquello.

— Sabía que eras olvidadizo —murmuro JiMin y luego inhaló profundamente antes de hablar nuevamente—. Ese día regresábamos de seoul, veníamos con NamJoon hyung en la parte de atrás, recuerdo haberte contado que había soñado con mi mamá una de esas noches, pero que simplemente no podía recordar que fue exactamente lo que soñé.

Algo hizo clic en la cabeza de YoonGi y el recuerdo repentino se vino rápidamente a su memoria.

Claro, el sueño...

— Aah, ese sueño —dijo bajito el mayor. JiMin asintió.

— Se hizo realidad —confeso luego de sopesarlo unos segundos.

— Umm, ¿cómo así? —pregunto confundido YoonGi.

Y JiMin viró los ojos, su hyung a veces era realmente de escasa memoria.

— Olvidaste lo que te dije, ¿verdad? —YoonGi mordio su labio inferior pero asintió lentamente, JiMin resopló—. Te dije, que en mi sueño habías tenido un hijo, que en ese sueño éramos lo suficientemente mayores de edad, pero que seguíamos viviendo juntos, que en mi sueño estábamos comiendo arroz con kimchi y pimientos.

»— Ese sueño que tuve se hizo realidad, porque ahora somos...–eres lo suficientemente mayor, y tienes un hijo, sólo que no estamos viviendo junto los siete como en mi sueño, pero lo del bebé se hizo realidad.