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JiMin se estremeció cuando esa dolorosa pero a la vez conocida sensación invadió su cuerpo

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JiMin se estremeció cuando esa dolorosa pero a la vez conocida sensación invadió su cuerpo.

Las esquinas de sus ojos se tiñeron de rojo, y las lágrimas no brotadas fueron retenidas. Sus labios estaban rojos y húmedos, y su respiración era rápida pero concentrada.

Sus hermosos ojos se fijaron en la persona que estaba bajo él, la calidez en su cintura le recordó que pese al deseo acumulado, no pensaba ir demasiado lejos como para lastimarlo.

YoonGi siempre era así.

Siempre pensaba en su comodidad antes que en su propio placer, nunca era egoísta... O intentaba contenerse para no dejar salir ese lado 'oscuro' como suele llamarle el mayor.

Cuando el dolor disminuyó lentamente, JiMin se impulso hacia arriba con ayuda del mayor y luego volvió a bajar, un gemido placentero abandono de sus labios y YoonGi suspiro profundamente.

Hace días que no se unían en una sola carne y alma. Y hoy por fin tuvieron un tiempo a solas, sin JimHae cerca dieron rienda suelta a su lujuria y volvieron a enredarse entre las sábanas.

Su pequeño hijo estaba en casa de los kim, tanto NamJoon como SeokJin vinieron para llevarse al infante, más que todos vinieron exclusivamente para invitarlo a jugar con su pequeña hija. La encargada de la pequeña estaría presente ese día y oportunamente, ambos necesitaban un tiempo a solas para hacer cosas de adultos.

JiMin gimió agudamente cuando YoonGi empujo sus caderas y golpeo ese punto, que hace delirar a cualquier hombre. El sudor corría por su espléndida clavícula, deslizándose por el pecho, sus botones marrones estaban erectos luego de haber sido abusados por la boca del mayor.

JiMin no pudo evitar pensar, si es que acaso su hyung tenía un fetiche con chupar y morder sus pezones. Era doloroso y un poco incómodo al principio, pero luego ya no, pero si era una zona erógena que lo ponía literalmente duro.

YoonGi disfruto de la vista que tenía, el cabello de JiMin estaba desordenado, como si un enjambre de aves lo hubiera alborotado. Bajo su mirada a él rostro del menor, sus ojos cerrados por el placer, las lágrimas contenidas que rodaban traicioneramente por sus rojas mejillas, su boca abierta mientras dejaba escapar gemidos y palabras desordenadas, con labios rojos y un hilo de saliva que decoraba la esquina de su boca. Hermoso.

Recorrió su mirada hasta el cuello, donde adornaban los chupetes hechos por él no hace unos pocos instantes, las marcas de sus dientes sobre sus hombros, tragó saliva y dio unos empujes más feroces haciendo gritar a JiMin del placer.

Quito sus manos de la cintura del menor y las bajo y guió está las nalgas respingonas, alejando un poco su palma soltó una bofetada a la nalga derecha.

El dolor de la bofetada hizo brincar a JiMin y luego todo volvió a ser gemidos, sollozos y palabras incoherentes. Las olas de placer eran tantas que JiMin sentía que terminaria pronto.

Segunda Oportunidad ; © YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora